Koldo LANDALUZE
DONOSTIA
Elkarrizketa
fERMIN MUGURUZA
Cineasta y músico

«‘Black is Beltza II: Ainhoa’ es una película vital, para verla de pie y cantarla»

Fundador de Kortatu, Negu Gorriak y Kontrabanda, Fermin Muguruza (Irun, 1963) debutó como director de documentales con “Bass-que Culture” (2006). En 2018, estrenó “Black is Beltza” y el Velódromo acogerá esta noche el estreno en Zinemaldia de su esperada secuela, “Black is Beltza II: Ainhoa”.

Fermin Muguruza convertirá esta noche el Velódromo de Anoche en el epicentro de Zinemaldia con el estreno de “Black is Beltza II: Ainhoa”. Un evento festivo, espoleado por las insurgentes secuencias animadas que nos invitan a retornar a un pasado doloroso, vital y combativo. En esta segunda experiencia transmedia del cineasta de Irun, nos topamos con Ainhoa, hija de Manex -protagonista de la primera entrega- en un viaje frenético que explosionará en una pantalla monumental para disfrute de un reciento que estará abarrotado.

Para pulsar las horas previas a lo que cobrará forma a partir de las 20.00, concertamos un encuentro con un Fermin Muguruza que confiesa estar «muy expectante, nervioso y con muchas ganas de compartir y disfrutar este proyecto con la gente».

¿Qué sensaciones tuvo cuando le confirmaron que el todo el billetaje para acudir al Velódromo estaba vendido?

Fue una anécdota muy bonita. El pistoletazo de salida de este proyecto tuvo lugar en el mismo punto donde lo dejamos con la película anterior, el Animadeba, el festival de cine de animación que se celebra en Deba. Deba supuso el epílogo a la gira mundial que hicimos con la primera “Black is Beltza” y el prólogo de “Ainhoa”. Allí nos enteramos de que ya no quedaban entradas cuando desde Zinemaldia nos advirtieron que tan solo quedaban 40 entradas. Nos dio un subidón increíble. Eso ocurrió el 7 de setiembre y, al día siguiente, desfilamos con la compañía Jaizkibel. En aquel acto cargado de empoderamiento, festivo e intenso, la mayoría de los comentarios coincidían en recordarme la desilusión que les producía no haber podido acceder a una entrada. En dos días se habían vendido la mitad del aforo y en Zinemaldia estaban flipando con la respuesta que estaba teniendo la película. Nuestra campaña de promoción comenzó desde tiempo atrás y como si se tratara de un concierto. No solo para mí, sino para mucha gente, el estreno en el velódromo de “Ainhoa” tiene un fuerte componente simbólico porque en él tuvo lugar la despedida de Negu Gorriak.

¿Son similares las pulsaciones a las que sintió en aquel último concierto de Negu Gorriak?

Son muy diferentes. Para empezar, este mundo ya no es el mismo, ha pasado mucho tiempo y ya no tengo a Iñigo a mi lado. Aquella noche con Negu Gorriak todo era euforia. Era celebración. Ahora albergo sensaciones muy similares a las que sentí cuando presentamos hace varios días la banda sonora de la película. Estuvimos rodeados de todos los músicos que habían participado en ella y acudieron amigos como Txerra, de los RIP, o Musergo. También estaba MrZe, que pintó un mural de “Ainhoa” en directo mientras ocurría todo esto. Fue algo muy emocionante, no había manera de frenar las emociones de quienes habíamos estado tan cerca de Iñigo. Con esto te quiero decir que yo al menos voy preparado para cualquier cosa, pero estoy seguro que llegará un momento en el que nos romperemos y daremos rienda suelta a las lágrimas o a lo que podamos sentir. Es verdad que las sensaciones son muy distintas pero, a la vez, tienen muchos elementos en común porque volvemos a hacer una celebración de la vida y poder estar nosotros con esta película es una victoria para la libertad de expresión. Mucha gente que estuvo aquella noche en el Velódromo con Negu Gorriak repite ahora en este evento.

No se va a proyectar en una pantalla cualquiera.

Eso es verdad. Un concierto tiene otro tipo de vibraciones, y sobre el escenario recibes de manera directa ese calor y complicidad por parte de la gente. Tú se lo das y el público te lo devuelve. “Ainhoa” se va a proyectar en una pantalla enorme de 400 metros cuadrados y eso, soy consciente, nos va a transmitir una energía enorme. También es verdad que la película es muy musical y hay un momento en ella en el que aparece el “Azken guda dantza” y, supongo, que parte del público no se va a quedar callado.

Es algo que me dijo Xanti Salvador, responsable de que la película atruene en formato de 5.1: «Es una película para verla como si fuéramos a un concierto. Es para verla de pie, para cantarla».

«Black is Beltza II: Ainhoa» también es un documento histórico en torno a un pasado no muy lejano. Algunos de los protagonistas reales de este periodo estarán presentes en esta cita.

Vamos a estar cincuenta personas bajo esa pantalla gigantesca, presentando la película y saludando a la gente. En realidad, estarán más, si sumarnos a las 150 personas que nos acompañarán entre bambalinas y que conforman el equipo que ha hecho posible esta película. Hasta última hora sigo confirmando las visitas de personas como Salu [Jabier Salutregi], el último director de “Egin”, con el que coincidí cuando trabajé en “Egin Irratia”. Para mí sería una presencia muy importante, porque incluso escribió algunas líneas del guion cuando se lo envié hace un par de años. También nos acompañarán Joseba Sarrionaindia e Iñaki Pikabea. Por supuesto, también estarán mis compañeros de Negu Gorriak. Todos ellos han estado atravesados por el contexto en el que se desarrolla el filme y hasta este 2022: lucha armada, terrorismo de Estado, la introducción de la heroína en nuestras calles... todo ese tipo de cuestiones tan cercanas a nuestro pueblo y que en rara ocasión son tratadas desde un discurso diferente, pero que están presentes en “Ainhoa”. El otro día me comentó Ramón Agirre que ‘lamentablemente, en el audiovisual, todo lo que sale en formatos de ficción -salvo “Lasa y Zabala”-, es contado desde un único punto de vista’, una postura que Agirre definió como: «Plato oficial».

A este ambiente festivo también se le ha añadido un precalentamiento que tendrá lugar antes de la proyección.

Vamos preparados para cualquier cosa [ríe]. A eso de las 18.00 estarán, fuera del Velódromo, la Broken Brothers Brass Band animando al personal y a ello se sumarán diversas barras en clave cooperativa. Vamos, que la gente puede entrar a la proyección con el “ánimo” de un concierto.

¿Qué nos puede avanzar sobre la presencia de los invitados que acudirán al estreno?

Al igual que en mi proyecto anterior, son intérpretes que se han involucrado mucho y los que les estoy muy agradecidos. El caso de Antonio de la Torre es, tal vez, el más curioso. Yo no le conocía de nada y cuando coincidimos en el Festival de Marsella, vio allí un tráiler de “Black is Beltza” y me dijo: «Oye, para la próxima película me llamas». Cuando le envié el guion para que viera en qué fregado se estaba metiendo, no dudó en embarcarse. Hay que tener presente el esfuerzo que realizaron. En el caso de Antonio de la Torre logramos que tuviera un hueco, hablamos con los de Elkar y, cuando le dijimos que teníamos el sitio preparado, cogió un avión por la mañana, grabó sus secuencias y volvió a coger un avión el mismo día de regreso a Madrid. Pero es que ahora, llega en un avión a primera hora de la mañana, acude a la presentación y al día siguiente, a las seis de la mañana, se va a Bilbo y coge un avión que lo lleva a Valencia, donde está haciendo una obra de teatro. Él nos dejó muy claro que quería venir y estar con nosotros. Cada vez que hacemos algo relacionado con la película, se lo enviamos y él está encantado porque, según dice, «es como volver al cine artesano. Es hacer cine con la gente, en comunidad».

El caso de Ariadna Gil también es muy particular.

Así es. Ella también está muy ilusionada. Quería venir con su compañero, Viggo Mortensen... Bueno, ahora te lo puedo contar. Se emocionaron tanto que, como le dieron el Premio Donostia a David Cronenberg, se quiso que hubiese sido él quien le entregase el premio. Al final le salió un proyecto y no ha podido venir, pero Ariadna Gil si estará. Mucha gente igual no sabe que ella está muy involucrada en el movimiento independentista catalán y que su padre es un abogado famosísimo, August Gil Matamala. También te puedo decir que Darco Peric también estará con nosotros y que prolongará su presencia en Euskal Herria unos días porque quiere conocerla bien.