M. UBIRIA
BAIONA

Fin del voto rogado y de un largo calvario también para la diáspora electoral vasca

El Boletín Oficial del Estado recogía ayer la publicación de la Ley Orgánica 12/2022, de 30 de setiembre, una reforma llamada a acabar con el obstáculo para ejercer el voto impuesto, por la «contrarreforma» de 2011, a los electores que no residen en el Estado español. Una medida que debe facilitar también el sufragio a la diáspora electoral vasca.

A partir de ahora debe facilitarse el derecho al votoa los vascos en el exterior.
A partir de ahora debe facilitarse el derecho al votoa los vascos en el exterior. (Gorka RUBIO | FOKU)

El Boletín Oficial del Estado recogió ayer la Ley Orgánica 12/2022, de 30 de setiembre, oficializando así una reforma de la Ley Orgánica 5/1985, de 19 de junio, del Régimen Electoral General, que sirve para la regulación del «ejercicio del voto por los españoles que viven en el extranjero».

La principal consecuencia del nuevo texto es que los residentes fuera del Estado recibirán la documentación electoral sin tener que solicitarla y podrán imprimir las papeletas desde su domicilio, «contando con tiempo suficiente para realizar todos los trámites necesarios», según señalaba ayer la nota oficial difundida por el Gobierno español.

El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, explicó a través de un vídeo difundido en redes sociales que con esa nueva norma «ponemos fin a una injusticia» y añadió que con el fin del voto rogado «desaparece la gincana que los dos millones de españoles y españolas que viven fuera de nuestras fronteras tenían que hacer para votar».

Evitó Bolaños aludir a las responsabilidades propias del PSOE en la aprobación de la «contrarreforma» de 2011, y tampoco reconoció el mérito de su ahora socio Podemos, que desde su creación ha trabajado con ahinco para hacer realidad una abolición del voto rogado que, como bien explicaba ayer el ministro, «hará mucho más fácil votar con todas las garantías» a los electores ausentes.

No hablamos de un colectivo único, ya que las realidades varían, y mucho, según los países. En todo caso, se puede hablar de dos categorías principales. La primera, formada por desplazados temporales, y la segunda por personas que viven de forma estable fuera del Estado español.

Las primeras elecciones en. que concurrió Podemos, las elecciones europeas de 2014, hicieron aflorar las dificultades para votar y el proceso electoral de 2019 no hizo sino acrecentar el malestar.

En la octava provincia

Por lo que nos toca a los vascos, con la vista puesta en las próximas citas electorales en Hego Euskal Herria, la nueva reglamentación electoral debe poner fin a las dificultades con que se ha encontrado en los últimos años para ejercer el sufragio esa que Pedro J. Oiarzabal, doctor en Ciencias Políticas-Estudios Vascos por la Universidad de Reno-Nevada (EEUU), denomina «la diáspora electoral vasca». En un artículo del mismo título, publicado por Euskonews, el profesor resume la penosa influencia de la introducción del voto rogado en el ejercicio de sufragio por los vascos de la octava provincia.

Así, señala Oiarzabal, mientras casi un 17% de los electores residentes en el extranjero ejercieron su derecho al voto en las elecciones de 2009 para renovar la Cámara de Gasteiz, en las de 2012, después de la introducción del sistema del denominado voto rogado, «esa participación se redujo a un 7%, 10 puntos porcentuales menos». De acuerdo a los datos que se desgranan en el artículo, en Hego Euskal Herria el censo en los comicios generales de 2019 se fijó en 2.201.208 electores. Un 4,59% del total del censo combinado de la CAV y de Nafarroa (101.106 electores) estaba repartido, de esta manera, en un total de 129 países.

En el caso de CAV, a esa fecha había 73.760 personas registradas en el censo de electores residentes ausentes (4,3% del total del censo) repartidas en 129 países, y 27.346 navarros-as componían el censo en 114 países, esto es, un 5,6% del censo electoral navarro.

Haciendo una selección de estados en los que viven más de 999 vascos, se extrae la conclusión de que el mayor porcentaje de la diáspora electoral de la CAV se encuentra en Argentina (12.369), Estado francés (12.295) y México (7.439). Un reparto similar para Nafarroa. En 2019 eran 7.949 los electores ausentes asentados en Argentina, 3.016 en el Estado francés y 2.123 en México.