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Dudas para cesar al presidente sudafricano por corrupción

La ANC frenó el jueves el anuncio de dimisión del presidente sudafricano, Cyril Ramaphosa, acosado por un escándalo de corrupción, y se inclina por mantenerle en el puesto. La Iglesia Anglicana coincide en que su destitución «podría hundir a Sudáfrica en la anarquía».

Imagen de archivo del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa.
Imagen de archivo del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa. (RAJESH JANTILAL | AFP)

El ministro sudafricano de Energía y Minas, Gwede Mantashe, negó ayer que el jefe del Estado, Cyril Ramaphosa, esté considerando presentar la dimisión «sin el debido proceso» por un escándalo de presunta corrupción.

Mantashe es un importante dirigente del Congreso Nacional Africano (ANP), que se reunió de urgencia ayer para debatir sobre el futuro del presidente del país, quien en el último momento suspendió un «importante» anuncio la víspera, lo que se interpretaba como su dimisión.

Un panel independiente designado en agosto pasado por el Legislativo sudafricano confirmó el miércoles que halló pruebas de que Ramaphosa pudo violar leyes anticorrupción en el escándalo del robo millonario en su granja de Phala Phala.

El escándalo estalló el pasado junio, cuando el exjefe de la agencia de inteligencia del país Arthur Fraser interpuso una demanda contra el jefe de Estado, al que acusa de ocultar a la Policía y a la Hacienda sudafricanas un robo de casi 4 millones de euros escondidos en su granja el 9 de febrero de 2020. El presidente tuvo que admitir que se dedica a la venta de animales de presa, al asegurar que la cantidad robada provenía de ese negocio (donde son habituales los pagos en efectivo) y no de una operación de lavado de dinero.

El opositor Movimiento Africano de Transformación (ATM, en inglés) tiene previsto presentar una moción de censura: acusa a Ramaphosa, entre otros cargos, de incumplir la Constitución, que prohíbe a los integrantes del Ejecutivo desempeñar otras labores profesionales remuneradas.

Cyril o el caos

Ramaphosa fue vicepresidente de Sudáfrica entre 2014 y 2018, momento en el que la ANC le nombró como sustituto de Jacob Zuma, quien tuvo que dimitir acosado por los escándalos de corrupción. El mandatario fue confirmado por el Parlamento tras la victoria de su partido en las legislativas de 2019.

Ramaphosa, que había centrado su discurso en la lucha contra la corrupción tras su llegada a la Presidencia, vio a principios de mayo respaldada su aspiración a ser candidato de la ANC para las elecciones de 2024, después de que uno de sus aliados revalidara su cargo de líder del partido en la provincia de Cabo Oriental.

Pese a que dos ministras de la ANC, una de ellas la excompañera de Zuma, Nkosazana Dlamini-Zuma, hayan pedido su dimisión, parece que quienes deciden en la formación que lideró el triunfo sobre el apartheid y que desde entonces gobierna en Sudáfrica no quieren que se vaya, por lo menos por ahora.

Temen la desestabiilización del país. El mismo jueves el rand, la moneda sudafricana, perdía un 3% de su valor.

La Iglesia Anglicana ha salido en apoyo de «Cyril», como es conocido el presidente. El arzobispo Thabo Makgoba, sucesor del recordado Desmond Tutu, ha advertido del riesgo de «caer en la anarquía».