Raimundo FITERO
DE REOJO

Ilustres sin lustre

Un modelo de cinismo es el practicado por González Pons, caballero de gran cabeza, vividor en las ramas de la corrupción valenciana, sobreviviente de purgas y fiascos que encontró un lugar ideal para su tendencia a la contemplación mefistofélica y que le dejó tiempo suficiente como para escribir novelas, de tal manera que asegura que su futuro lo ve más vinculado a juntar letras con tramas variadas, que a los discursos a su jefecillo, el menguante Feijóo, que no acaba de entender ni las metáforas, ni las torpezas conceptuales trufadas de figuras retóricas que escapan a la ilustre ignorancia de ese mal leedor, que es capaz de decir con énfasis que lo bueno es que en Madrid va a llegar la Triple A, Ayuso, Almeida y Absoluta. Desolador. ¿No tiene ni una mínima noción de memoria histórica y lo que significaba ese grupo terrorista?

La lista más votada es una muestra de una insignificancia política que no es capaz de saltar ni el menor escollo. Le preparan lugares emblemáticos para presentar su tontería del día y la convierte en la tontería del mes. En eso es campeón. Ayuso, al menos, monta el pollo de manera científica, se hace nombrar «estudiante ilustre», lo que viene a convertirse en un acto freudiano: otra que lee mal, que tiene dificultad para entender lo que le escribe su ilustre bebedor de cabecera, que no tiene ninguna confianza en sí misma y debe comprar su lustre, aunque sea para desmontar un sistema universitario totalmente autoritario. Y para completar el esperpento con sabor vintage, centenares de números de la policía pertrechados en la universidad actuando de manera partidaria, como en Perú.