Ingo NIEBEL

Scholz cede en la «guerra fría» en el Gobierno alemán con los Leopard

Los Verdes y el Partido Liberal Democrático querían dar el visto bueno a la entrega de tanques de combate Leopard a Ucrania. Al final, según medios alemanes, ha cedido también el canciller Scholz (SPD). Pero Berlín, la UE, la OTAN y sus Estados miembros tendrán que fijar qué objetivos quieren lograr en la guerra de Ucrania.

Un tanque Leopard polaco, durante unas maniobras llevadas a cabo en Polonia en mayo del año pasado.
Un tanque Leopard polaco, durante unas maniobras llevadas a cabo en Polonia en mayo del año pasado. (Wojtek RADWANSKI | AFP)

E l debate sobre los tanques de combate Leopard 2 se reduce a la pregunta ¿debe dar Berlín estos panzer a Ucrania, sí o no? Sin embargo, desde el punto de vista logístico la respuesta es más compleja. Primero, Alemania, la UE, la OTAN y sus Estados miembros tendrían que fijar qué objetivos quieren lograr en esta guerra de Ucrania contra Rusia y cuánto están dispuestos a pagar por ellos.

Según las recientes informaciones, el servicio secreto alemán BND ve «con preocupación» las pérdidas de terreno y de soldados de Ucrania en Bajmut. Londres ve un «empate» en la guerra. La idea de que Kiev resistiría e incluso podría vencer al invasor ruso con el armamento occidental no se ha materializado. Tampoco se materializó la visión de que el presidente ruso, Vladimir Putin, dejara el cargo por la grave enfermedad que, supuestamente, sufre o por un golpe de Estado.

Ante el avance del Ejército ruso en el frente este y su otra ofensiva en el sur, el Gobierno ucraniano de Volodimir Zelenski llevaba tiempo reclamando el envío de tanques de combate Leopard 2.

Dado que son de producción alemana, Berlín tenía que bendecir su exportación incluso si son de propiedad extranjera. Desde el encuentro de los países aliados con Ucrania en Ramstein (Alemania) el viernes, el canciller alemán, Olaf Scholz, vinculaba su ja a que Washington enviara asimismo su tanque Abrams M1. Por su posición estaba recibiendo fuertes críticas desde fuera y dentro de Alemania. Al final ha cedido a las presiones.

En una entrevista de la TV francesa, su ministra de Exterior, Annalena Baerbock (Verdes), afirmó el domingo que no bloquearía la decisión de Polonia de donar Leopard polacos a Ucrania. El periodista galo repitió la afirmación y le preguntó si la había entendido bien. «Me ha entendido bien», asintió Baerbock.

Sin embargo, el lunes, preguntada por su declaración, la ministra eludió responder. En el Ejecutivo, tenía el apoyo del FDP. Su jefa del Comité de Defensa del Parlamento, Marie-Agnes Strack-Zimmermann, respaldó también el envío de los tanques. Medios alemanes hablaban de la «Guerra Fría» abierta en el seno del tripartito. Por eso, la opositora Unión Demócrata Cristiana (CDU) había invitado a Verdes y FDP a abandonar el Gobierno.

¿CUÁL ES EL OBJETIVO?

No obstante, sea quien sea que gobierna en Berlín, la pregunta principal sigue siendo: ¿Qué se quiere lograr con los tanques en Ucrania: frenar el avance ruso, reconquistar el terreno perdido desde la invasión en febrero de 2022 o incluso recuperar Crimea y el Donbass, perdidos en 2014?

«Los amateurs hablan de táctica, los profesionales de logística», señaló el emperador francés Napoleón I. El paso del tiempo no han restado vigencia a sus palabras. Desde el prototipo de Leopard en 1973 hasta hoy se han construido una docena de versiones. Aunque tienen muchas cosas en común, los recambios no son compatibles con todos los modelos.

Alemania usa alrededor de 300 carros de combate de la última versión 2A6. Varsovia posee unos 140 Leopard de la versión anterior, 2A4. Si entregara sus vehículos a Kiev, tendría que solucionar este problema logístico con otros países poseedores del mismo modelo. A ello se añade que Alemania diseñó este tanque para usarlo como arma de ataque dentro de una doctrina táctica que la emplea con otros sistemas que palían sus deficiencias. Sus partes vulnerables suelen ser las laterales y la trasera. Por eso le cubren las espaldas los granaderos de panzer que les siguen en blindados ligeros tipo Marder. Desde el cielo, helicópteros de combate los protegen contra aviones, drones y misiles enemigos. A ello se añaden otros sistemas de protección antiaérea.

La ventaja del tanque se ve cuando ataca en grupo. Esta maniobra requiere un largo y complejo adiestramiento de la tripulación, empezando por su comandante, quien podría dirigir hasta catorce unidades a la vez.

Al Leopard no se le ha puesto a prueba en ninguna guerra convencional. Es vulnerable. El Ejército turco perdió unos cuantos 2A4 en Siria. Por eso, Occidente tendrá que donar, asimismo, potentes blindados capaces de rescatar los tanques averiados para repararlos en garajes especializados en la retaguardia. Además, habrá que dotar a los zapadores ucranianos con viaductos móviles para que los Leopard puedan llegar a su área de operaciones si los puentes civiles no aguantan su peso de 62 toneladas.

Dado que Rusia dispone de la tecnología y experiencia, de las armas y los métodos antitanques, el envío de hasta 14 Leopard 2A6, decidido ayer por Scholz, ubica a la UE y la OTAN al borde de una directa intervención militar en esta guerra.