Pello GUERRA
87 AÑOS DE UN LINCHAMIENTO POLÍTICO EN NAFARROA

El crimen de Félix Esparza, adelanto de la matanza del 36

Un día como hoy de hace 87 años, dos disparos de escopeta acababan con la vida de Félix Esparza García en Beraskoain, cuando fue a recoger a un interventor que iba a supervisar las elecciones que ganó el Frente Popular. Este crimen fue un adelanto de la oleada de fusilamientos desatada en Nafarroa cinco meses después.

Multitudinaria despedida en Iruñea a Félix Esparza García el 19 de febrero de 1936. Al lado, el recordatorio del fallecido.
Multitudinaria despedida en Iruñea a Félix Esparza García el 19 de febrero de 1936. Al lado, el recordatorio del fallecido. (Cedidas por Félix ESPARZA FERNÁNDEZ)

El 16 de febrero de 1936, día en el que se celebraron las elecciones que dieron el triunfo al Frente Popular, el militante de Izquierda Republicana Félix Esparza García perdía la vida tras recibir dos disparos de escopeta cuando fue a Beraskoain a recoger a un interventor.

De esa trágica manera tenía un abrupto final la vida de un hombre que había nacido 37 años antes en Andosilla. De esta localidad se trasladó a Iruñea con 18 años para realizar el servicio militar sustituyendo a “un mozo señorito” por 6.000 pesetas de la época, según explica su nieto Félix Esparza Fernández, que se ha preocupado de rescatar la historia de su abuelo.

Esparza era un emprendedor y creó en la capital navarra el que está considerado como primer cabaret de la ciudad, llamado la Florida, junto a su esposa Ricarda Goñi Lamberto, con la que tuvo cuatro hijos: Esther, Marino, Félix y Carmen.

En ese «sitio moderno», Esparza habría entrado en contacto con otras personas que también buscaban dar «un impulso a una sociedad que se estaba abriendo».

Esos aires modernos iban a ser abortados por la fuerza de las armas en julio de 1936, con la muerte de Félix Esparza García en febrero de ese año como un dramático adelanto de lo que estaba por venir.

«LINCHAMIENTO COMO DEL OESTE»

El día 16 de ese último mes se celebraban elecciones estatales, a las que, integrado en el Frente Popular, concurría Izquierda Republicana, partido del que era militante Esparza. Comprobar el correcto desarrollo de los comicios exigía disponer de interventores en varios lugares y a Esparza, que disponía de coche, se le pidió que fuera a Beraskoain a recoger a un interventor llamado Víctor Pascual.

En compañía de otra persona, se presentó en el pueblo con su vehículo, aunque aparcándolo en la afueras. Una vez en Beraskoain, descubrieron que el interventor no estaba y en su lugar había un grupo de personas que empezaron a increparles. Decidieron regresar al coche para marcharse. Pero en el trayecto, Esparza «recibió dos disparos en la cabeza a corta distancia y cayó de bruces», explica su nieto.

Las circunstancias le llevan a calificar lo ocurrido de «linchamiento, como si fuera el Oeste americano», con una multitud en la que «hasta los chicos del pueblo presenciaron los hechos», según se recoge en la documentación judicial del caso que ha localizado en el Archivo General de Nafarroa.

Como responsable de dar muerte a Félix Esparza García fue detenido y encarcelado en la prisión de Iruñea Felipe Erro Erice, de 23 años y vecino de la localidad, quien declaró que «no tiene ni llevaba escopeta». Días más tarde, Erro firmó una declaración manuscrita dirigida al gobernador civil de Nafarroa en la que señalaba que «he decidido dar a conocer el nombre del verdadero autor».

Responsabilizaba del crimen a Antonio Lazcano, de 25 años, soltero y vecino también de Beraskoain, «quien cometió el hecho no solo en mi presencia, sino también en la de muchos». El gobernador civil ordenó la detención de Lazcano, quien ingresó en la prisión de Iruñea el 24 de marzo.

Pero entonces se produjo un giro absoluto del caso. El 21 de febrero se aprobó un Decreto de Amnistía y «al hallarse comprendido el delito» en el mismo, el 21 de marzo se dictó «auto de sobreseimiento libre, mandando alzar el procesamiento y demás responsabilidades decretadas».

Por lo tanto, se decretó la puesta en libertad de Erro y como el caso se encontraba sobreseído, la siguiente consecuencia fue que «no puede admitirse a disposición del juzgado al detenido Antonio Lazcano, que, por tanto, quedará en libertad».

De esta manera se zanjaba el crimen político de Félix Esparza García, cuya despedida congregó a una multitud en Iruñea el 19 de febrero, como recoge una fotografía publicada en la prensa de la época.

Su nieto señala que ese acto multitudinario supone «una cuestión diferencial» respecto de todas las personas que, a partir de julio de ese mismo año, iban a ser fusiladas por motivos políticos en las cunetas y montes del herrialde.

FUSILARLO DESPUÉS DE MUERTO

Sin embargo, si Félix Esparza García no hubiera muerto en febrero, ese destino le pudo llegar poco después, como le ocurrió al interventor Pascual. Según le explicó su tía Esther a Félix Esparza Fernández, «casi un año después de su muerte, se presentaron en casa de mi abuela varias personas para llevarse a mi abuelo».

Evidentemente, ya no podían fusilarle, pero la represión siguió su curso hasta el punto de que «a mi abuela le quitaron todo lo que tenía y la metieron presa. Estuvo encarcelada 14 meses acusada de pertenecer a Auxilio Rojo».

Al cumplirse exactamente este jueves 87 años de la muerte de su abuelo, Félix Esparza Fernández señala que «ha sido un bálsamo conocer que mi abuelo fue uno de esos hombres y mujeres amantes de las libertades y del bien común».