Una amplia mayoría de los habitantes de Euskal Herria opina que la situación de la sanidad pública ha empeorado en los últimos años, y son más incluso los que creen que los recursos que la Administración le dedica son entre «escasos» y «muy escasos» o «mediocres».

Así se constata en la quinta medición de Naziometroa, barómetro de carácter nacional desarrollado por el laboratorio de ideas Telesforo Monzon eLab (TM eLab) y el grupo de investigación Parte Hartuz de la UPV/EHU, que analiza periódicamente las opiniones de la ciudadanía vasca sobre su soberanía y los temas relacionados con la misma, y que en esta ocasión ha abordado expre- samente la situación de la sanidad en los diferentes espacios administrativos del país.

A PEOR EN TODOS LOS ÁMBITOS

Según se desprende del sondeo, elaborado por Aztiker entre febrero y marzo con una muestra de 1.597 entrevistas, la percepción mayoritaria de la sociedad es que los servicios de salud van a peor. Según explican los autores, han preguntado a la ciudadanía sobre cinco aspectos ligados a la sani- dad pública para conocer su evolución en los últimos cinco años y, en términos generales, la población aprecia que la evolución en todos esos aspectos ha sido negativa, que los servicios se han deteriorado.

La peor evolución se ha dado en la «posibilidad de solicitar citas presenciales», pues siete de cada diez encuestados consideran que esta opción ha empeorado en los últimos años (69%) y un 7%, que ha mejorado. La valoración es peor entre la ciudadanía de la CAPV, donde un 71,9% constata un empeoramiento, por un 66,4% en Nafarroa y el 59,4% en Ipar Euskal Herria.

A continuación aparecen «el número de trabajadores sanitarios», donde el 61% considera que ha empeorado; «la atención primaria» (61%); y «las consultas de atención especializada» (53%), con la CAPV liderando los peores registros en los tres supuestos. Respecto a «la atención hospitalaria» son menos los que opinan que se ha deteriorado en los últimos años (un 36%) con los habitantes de Ipar Euskal Herria haciendo la valoración más negativa: un 42,7% coincide en que ha ido a peor.

Yendo al detalle, se ha preguntado por cinco características principales de la sanidad pública, haciendo una valoración del 0 al 10 en función de la experiencia personal. Como balance, dos de las características han obtenido una valoración bastante alta; por un lado, la distancia que la ciudadanía tiene que recorrer para acudir al médico, con 7,3 puntos de media, y, por otro, el tiempo que el médico/médica dedica a cada paciente, con 6,0 puntos.

Por contra, el resto de características no superan la barrera de los 5 puntos. La atención que se presta a la salud psicológica y emocional, además de la física, ha obtenido 4,9 puntos; el tiempo que pasa desde que se pide cita hasta que se le atiende, 4,7 puntos; y la cita con un médico o médica especialista, 4,4 puntos.

APOYO NÍTIDO AL SISTEMA PÚBLICO

Ampliando el foco, representan prácticamente el mismo porcentaje quienes piensan que el sistema de salud público, «en general, funciona bien» (17,9%) o «funciona bien, pero hay que hacer algunos cambios» (33%), y aquellos que consideran que «necesita cambios sustanciales, aunque algunas cosas funcionen» (34%) o que «funciona mal y necesita cambios profundos» (15,2). También en este caso el peor resultado se lo lleva la CAPV, donde se sitúa el bloque más crítico, un 50,4%.

A la hora de profundizar en las razones por las que la percepción sobre la sanidad pública no es buena o es menos positiva que hace unos años, es destacable que ocho de cada diez consideren que los recursos que las Administraciones dedican a este ámbito no son los que debieran. Según la medición de Naziometroa, el 47% de la población de Euskal Herria opina que los recursos son «escasos o muy escasos», y un 33% cree que son «mediocres». Solo un 13% valora que son «grandes o muy grandes».

En todo caso, y preguntada por cómo se debería organizar la sanidad dentro de 20 años, la inmensa mayoría de la ciudadanía muestra su apoyo al sistema público. El 45% de las personas encuestadas opina que el sistema sanitario debería ser totalmente público, y otro 40% cree que el sistema público debería tener más peso que ahora. En contraposición, quienes dicen que el sistema está bien como está solo suman un 9% y los que opinan que lo privado debería tener más fuerza son menos, un 5%.

INTEGRACIÓN SANITARIA

En otro apartado del sondeo, a los residentes de Hego Euskal Herria se les pregunta si en la Administración en la que viven se reciben mejores o peores servicios sanitarios que en otras comunidades del Estado español, y casi seis de cada diez (57,1%) consideran que la CAPV y la CFN reciben un servicio mejor que en otras comunidades. El 22% cree que recibe un servicio igual y un 5,2%, peor.

En Ipar Euskal Herria, donde la competencia sanitaria es estatal, se pregunta a la ciudadanía qué le parecería si en lugar del Estado, la sanidad fuera gestionada por una admi- nistración más cercana. El 36,4% cree que recibiría mejor servicio con la gestión de la Administración más cercana, el 22,4% opina que sería igual y el 21,2%, que sería peor.

Por contra, en Hego Euskal Herria la competencia sanitaria recae sobre los Gobiernos de Lakua e Iruñea y, al respecto, la ciudadanía considera que se ofrece un mejor servicio sin la gestión del Estado (50%). Otro 25% opina que gestionados por el Estado el servicio sería el mismo, mientras al 11% le parece que las comunidades ofrecen peor servicio.

Asimismo, en Euskal Herria son más quienes están a favor de profundizar en la integración entre los diferentes sistemas sanitarios -de la CAPV, Nafarroa y la Comunidad de Aglomeración del País Vasco- , un 50%, que quienes consideran mejor seguir como hasta ahora: un 33%. La postura más favorable a una mayor integración se manifiesta entre la ciudadanía de la CAPV (52%) y es algo menor en Nafarroa (45%) y en Ipar Euskal Herria (42%).

ESTADO VASCO, SÍ; PERO PACTADO

Más allá del ámbito sanitario, se ha preguntado a la ciudadanía su opinión sobre el derecho de cada comunidad a decidir su futuro político. Y, como en anteriores mediciones, quienes creen que deben tener derecho a decidir triplican a los contrarios. Es una proporción que se mantiene con ligeras fluctuaciones, aunque en esta medición se ha reducido ligeramente la diferencia, siendo la CAPV donde son más los partidarios (62,4%) y menos los contrarios (21,3%). Aunque las cifras no varían mucho en los diferentes ámbitos administrativos.

Sí se aprecia un cambio en cuanto a las fórmulas preferidas de organización territorial del Estado español o francés. Hasta ahora, el preferido ha sido un «Estado que reconoce a las comunidades el derecho a decidir», pero esta opción ha bajado del 32% al 26% en las dos últimas mediciones; en cambio, el modelo visto como segunda opción en anteriores ediciones, «un Estado con comunidades con más competencias», ha pasado al primer puesto, con un 29%, frente al 26% anterior. El 22,1% prefiere seguir como hasta ahora, y muy lejos, el modelo menos deseado es un Estado más centralizado que el actual (11%).

Asimismo, preguntada por si el Ejecutivo español o el francés deberían aprobar o prohibir un referéndum sobre el futuro político si hay consenso sobre ello en la Cámara de Gasteiz, en Iruñea o en la Comunidad de Aglomeración del País Vasco, la respuesta favorable sigue siendo mayoritaria, con un 56%, aunque es la más baja hasta la fecha. El 21% está en contra, mientras que el porcentaje de población sin respuesta es mayor en esta encuesta que en anteriores (23%).

Siguiendo con el modelo de organización administrativa, ante la pregunta de en qué medida están «de acuerdo con independizarte de España- /Francia», igual que en mediciones anteriores, la mayoría se muestra en contra (42,2%; 2,5 puntos por debajo). A favor está el 22,9% (0,5 puntos más).

Sin embargo, si se pregunta por el Estado vasco en un contexto de consenso -es decir, que todos o la mayoría de los partidos políticos han acordado celebrar un referéndum sobre el Estado vasco y Madrid/ París lo han aprobado, «por lo que el referéndum es totalmente oficial y reconocido»-, el resultado es el inverso: a favor se muestra un 35,1% y en contra, un 27,5%.