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ROMA

El hambre aumentará en 22 países por efectos del clima y de la crisis

La inseguridad alimentaria aguda se deteriorará aún más en 22 países por la desaceleración de las economías en 2023 y por fenómenos climáticos, alertan la Organización de las ONU para la Agricultura y la Alimentación y el Programa Mundial de Alimentos.

Sudán, en la imagen un mercado de Jartum, se suma a la lista de países con mayor riesgo de sufrir inseguridad alimentaria.
Sudán, en la imagen un mercado de Jartum, se suma a la lista de países con mayor riesgo de sufrir inseguridad alimentaria. (AFP)

La inseguridad alimentaria aguda se deteriorará aún más en 22 países, en los que se prevé que aumente de magnitud y gravedad en los próximos seis meses, alertaron ayer la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA).

Afganistán, Nigeria, Somalia, Sudán del Sur y Yemen se mantienen en el mayor nivel de alerta y a ellos se suman Haití, Burkina Faso, Mali y Sudán, según el informe relativo a las perspectivas de los llamados hotspots o puntos críticos del hambre en el periodo de junio a noviembre. Esto se debe a las severas restricciones de movimiento de personas y bienes en Haití, así como en Burkina Faso y Malí, además del reciente estallido del conflicto en Sudán, pues existe el riesgo de que la crisis se extienda.Todos estos hotspots tienen un alto número de personas que enfrentan inseguridad alimentaria aguda crítica, junto con factores que empeoran y que se espera que intensifiquen aún más las condiciones que amenazan la vida en los próximos meses.

«El deterioro de la inseguridad alimentaria aguda en los focos de hambre se produce en el contexto de una crisis alimentaria mundial, pero además es probable que los nuevos conflictos emergentes, en particular el estallido del conflicto en Sudán, impulsen las tendencias mundiales de conflicto y afecten a varios países vecinos», subraya.

En esta situación también influye la desaceleración de las economías en 2023 y que, a pesar de un año de relajación de los precios internacionales de los alimentos, los precios internos siguen siendo altos, lo que provocará una reducción general del apoyo de los países donantes.