Gasteiztarra de nacimiento -recibió el Celedón de Oro en 2020- y el premio Adindua del Ayuntamiento-, tuvo una larga trayectoria como actor tanto en el cine como en la televisión.

Su primer largometraje fue “La fuga de Segovia”, y el segundo, “Tasio”. Pero contaba que el que lo cambió todo fue “Vacas”, de Julio Medem. Después de escuchar las alabanzas de Medem, decidió tirarse a la piscina. Su pasión lo llevó a dejar su trabajo como contable en una empresa metalúrgica para dedicarse plenamente a ser actor. Tenía ya 50 años. Tras aquel salto, se multiplicaron sus apariciones en proyectos para la pequeña y la gran pantalla.

Al inicio de su carrera trabajó en tres cortometrajes con Pello Varela. Desde entonces se sintió especialmente ligado a los cortometrajes. Ha participado en más de 160.

El gusanillo de la interpretación lo sintió desde joven y fue miembro de grupos aficionados de teatro.

En 1991 participó un largometraje de Enrique Urbizu: “Todo por la pasta”. Su trayectoria ha estado profundamente unida al cine, repitiendo con más de un director, Julio Medem, Pello Varela o Montxo Armendariz.

Deja recordadas interpretaciones en producciones como Alas de mariposa” (Juanma Bajo Ulloa, 1991); “La ardilla roja” (Julio Medem, 1991); “Tierra” (Julio Medem); “La hora de los valientes” (Antonio Mercero, 1998); “Obaba” (Montxo Armendariz); y “Todos estamos invitados” (Manuel Gutiérrez Aragón, 2007).

Tras conocerse ayer su fallecimiento se sucedieron las condolencias en las redes sociales, entre ellas las de varios representantes institucionales de Araba.