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GAZA
EL INFIERNO EN GAZA INCENDIA ORIENTE MEDIO

Israel perpetra una de sus peores matanzas en una «zona segura»

El Ejército israelí llevó a cabo una de las peores matanzas de la ofensiva contra Gaza atacando una de las zonas que había calificado como «seguras» para forzar el desplazamiento de la población y donde las condiciones de vida son más precarias. Provocó al menos 90 muertos que justificó con el objetivo de dos líderes de Hamas cuya muerte Netanyahu no pudo confirmar.

Un hombre con una niña herida en el ataque israelí contra los desplazados de Al Mawasi.
Un hombre con una niña herida en el ataque israelí contra los desplazados de Al Mawasi. (Eyad BABA | AFP)

Israel llevó a cabo ayer una de las peores matanzas en los nueve meses de ataques diarios a la población palestina y lo hizo en una zona llena de desplazados que viven en absoluta precariedad y declarada como «zona segura» por el propio Ejército israelí.

El bombardeo en el campo de desplazados de Al Mawasi, al oeste de la ciudad de Jan Yunis, mató al menos a 90 personas e hirió a otras 300, mientras los hospitales cercanos, que apenas cuentan con recursos, recibían constantemente más víctimas. El complejo médico Nasser, el hospital más grande de la región de Jan Yunis, tuvo que suspender sus actividades tras verse desbordado por el número de heridos provocado por una masacre de grandes dimensiones.

Al menos cinco misiles lanzados desde aviones de combate y drones cayeron sobre las tiendas de campaña de los desplazados y una planta de desalinización. Atacaron también a los trabajadores de rescate y sanitarios cuando llegaron al lugar para socorrer a las víctimas del bombardeo inicial. Testigos que se encontraban rezando y habían evitado la zona de la mezquita por miedo a los ataques relataron cómo vieron volar en pedazos a quienes se encontraban junto a ellos. Poco después, entre un cráter polvoriento, escombros y tiendas de campaña aplastadas, los supervivientes buscaban víctimas entre los restos y las cargaban en mantas o lonas de plásticos hasta el hospital. «¿Qué han hecho? Son niños, niños, de siete y doce años, el mayor estaba en primer año de universidad, todos eran civiles», lamentaba Aya al-Agha. «Hay personas que han perdido piernas o brazos por todas partes, es una escena inconcebible, que va más allá de la imaginación», clamaba Mahmud Shahin

Defensa Civil de Gaza confirmó que entre los fallecidos se encuentra su subdirector del Departamento de Bomberos y Salvamento, Muhamad Hamad.

La situación del campo de Al Mawasi es inhumana. Solo tienen de media una letrina para 4.000 personas, no hay agua potable, la gente se ve obligada a utilizar agua de mar y los niños a veces pasan todo un día sin comer. La Unrwa estima que alrededor de 1,5 millones de personas se encuentran en esa zona.

NETANYAHU NO CONFIRMA LA MUERTE DE DEIF

El Ejército de Israel justificó la matanza, que definió como «un ataque de precisión», porque tenía como objetivo al jefe militar de Hamas, Mohamed Deif, y al comandante local en Jan Yunis, Rafaa Salameh, aunque no pudo confirmar si están vivos o muertos.

De hecho, en una inusual rueda de prensa -la primera desde marzo- el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu dejó entrever que seguían vivos. «Aún no tenemos absoluta certeza sobre la muerte de Deif y su mano derecha, Rafaa Salameh -afirmó- pero puedo garantizar que llegaremos a la cúpula de Hamas de un modo u otro».

El primer ministro israelí explicó que dio su aprobación para el ataque tras recibir garantías de que no había rehenes en la zona, sobre los posibles «daños colaterales» y sobre el tipo de bombas que se utilizarían.

Además, se jactó de que fue posible porque ignoró la presión internacional para poner fin a la ofensiva. Netanyahu consideró esta operación además como un mensaje de disuasión hacia Irán.

A la vez, rechazó que esté saboteando un posible acuerdo con nuevas exigencias y endureciendo el tono deliberadamente para evitar un pacto, como le acusan medios y analistas israelíes, la oposición y los familiares de los prisioneros en la Franja. No obstante, insistió en que no acabará la agresión a Gaza hasta que Israel «cumpla todos sus objetivos» y que entre sus condiciones mantiene su «derecho a seguir la guerra».

El Ejército israelí afirmó haber llevado a cabo el ataque en una zona abierta, pero admitió que se trataba de un entorno civil.

El sistema de inteligencia artificial Lavander, que Israel utiliza para elegir objetivos, admite en sus parámetros, por ejemplo, un centenar de civiles muertos en varios edificios si considera que hay una alta probabilidad de que se encuentre un alto cargo de Hamas o de la Yihad Islámica.

Hamas, por su parte, afirmó que la justificación israelí es falsa y una forma de «encubrir la gran escala de la horrible masacre», y acusó a EEUU de actuar como «cómplice directo en este crimen», mediante «el encubrimiento, proporcionando todos los medios de apoyo político y militar, y paralizando la mano de la justicia internacional».

La cúpula militar y de seguridad israelí se reunió para evaluar las consecuencias del ataque y la posibilidad de haber acabado con uno de los líderes en su punto de mira desde hace años.

DEIF, UNA VICTORIA QUE LLEVAR A EEUU

Para Israel, la muerte de Mohamed Deif supondría un primer logro significativo tras devastar la Franja y provocar más de 48.000 muertos que, según organizaciones médicas, pueden llegar a los 186.000. Y sería además un triunfo que llevar a Estados Unidos en la visita en la que está previsto que Netanyahu hable ante el Congreso el próximo 24 de julio.

Deif se ha forjado la leyenda de hombre escurridizo que ha escapado a la Inteligencia israelí y ha sobrevivido a múltiples intentos de matarlo por parte de Israel, que lo considera el autor intelectual -junto con el líder de Hamas en la Franja, Yahya Sinwar- de los ataques del 7 de octubre.

Dos años después de escapar de un segundo encarcelamiento en 2000, en la segunda Intifada se puso al frente de las Brigadas al Qasam, brazo armado de Hamas, después de que Israel matara a su anterior líder. Desde entonces se atribuye a Deif toda la estrategia militar del grupo.

En 2014, Israel mató a su esposa, a su hija de 3 años y a un hijo de 7 meses en un ataque contra su vivienda.