Incursión limitada
Israel no está invadiendo Líbano, sino que sus redactores en jefe nos comunican que están realizando una «incursión limitada» y entran en muchos más detalles para que cunda el desánimo. El lenguaje disuade de una manera disolvente para que la realidad no sea otra cosa que un relato que se desvanece en los amaneceres bajo las bombas. Cuando se llevan esos comunicados y las ruedas de prensa de generales uniformados a las circunstancias geopolíticas concretas, la traducción simultánea nos deja a las claras un mensaje demoledor: los israelíes están haciendo lo que les da la gana y para obvio que el gobierno y el Estado Mayor de los Ejércitos de Netanyahu tenía un plan elaborado desde hace muchos meses o años y que parecen haber encontrado la oportunidad para llevarlo a cabo y al parecer consiste en mover fronteras, aniquilar grupos políticos y pueblos sospechosos de pertenecer a ellos y establecer en un tiempo prudencial un nuevo orden en el Oriente Próximo.
La «incursión limitada» es una operación militar de una agresividad imponente, de, al parecer, una eficacia bastante contundente y que está avalada por el silencio o el aplauso de potencias universales y alguna de la zona, y sus límites van a ser movidos, según discurra la propia lógica militar. De nuevo va a quedar demostrado que las instituciones plurales internacionales son cada vez más una suerte de club de las buenas intenciones de los países irrelevantes que no tienen ninguna capacidad ni para prevenir, ni para negociar, ni para intervenir en conflictos donde están involucradas potencias mundiales que mandan de verdad.

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