El primer ministro de Hungría y presidente de turno del Consejo de la Unión Europea (UE), el ultraconservador Viktor Orban, pidió ayer en el Parlamento Europeo en Estrasburgo un cambio en el bloque comunitario, aunque fue recibido con protestas en el hemiciclo. Su esperado discurso ante la Eurocámara estuvo copado de una retórica antiinmigración y pidió un cambio de enfoque en Ucrania para evitar una derrota de Kiev.

Culpó a los migrantes que llegan a Europa del aumento de fenómenos como la homofobia, la violencia contra las mujeres o el antisemitismo, lo que provocó las primeras protestas en la Eurocámara, e instó a comenzar a procesar todas las solicitudes de asilo en centros ubicados fuera de la UE, porque, dijo, una vez dentro ninguno puede ser expulsado. Por eso pidió que la UE apoye «de manera significativa» a sus Estados miembros a proteger las fronteras externas del bloque ante la presión migratoria e insistió en que «la única solución» pasa por crear centros fuera de la UE.

«La UE necesita cambiar, y me gustaría convencerlos de eso», señaló Orban, quien acudió la Eurocámara para explicar las prioridades del mandato semestral que ahora ejerce Hungría. Sostuvo que se trata del «período más grave» de la historia del bloque, con la guerra de Ucrania a las puertas, la escalada en Oriente Medio y una crisis migratoria que, según dijo, podría hacer que el sistema de fronteras abiertas «se desmorone». «Nuestra unión necesita cambiar y la Presidencia [húngara del Consejo] quiere ser el catalizador de este cambio», afirmó.

La Eurocámara, que en 2018 logró que se le abriera a Budapest un expediente por violación de valores fundamentales y en 2022 advirtió de que Hungría ya no puede considerarse una democracia plena, estuvo inusualmente unida en su crítica a Orban, con la excepción de los grupos más de la derecha del hemiciclo (tercero y cuarto en número de escaños).

La cara más visible del rapapolvo fue la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que le atacó en todos los frentes: desde su silencio sobre Ucrania y cercanía al presidente ruso, Vladimir Putin, hasta su política migratoria, pasando por la compra de gas ruso y la liberación anticipada de traficantes de personas.

«Usted ha dicho que Hungría está ‘protegiendo sus fronteras’ y ‘encarcelando a los delincuentes’. Me pregunto cómo encaja esta afirmación con el hecho de que el año pasado, liberaron de prisión a contrabandistas y traficantes antes de que cumplieran su condena», dijo. «Esto no protege a la Unión. Es solo arrojar problemas por encima de la valla de su vecino», añadió.

Legisladores de varios grupos protestaron ante las puertas del hemiciclo con pancartas contra la presencia de Orban que pedían, con lemas como “No más dinero para los corruptos”, que la Comisión congele las transferencias de recursos a Budapest.

Zelenski en los Balcanes y Putin con Lukashenko

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, llegó ayer a Croacia para reunirse con trece países del sudeste de Europa, incluida Turquía, con la esperanza de recabar su apoyo ante la invasión rusa y a su entrada en la Unión Europea y en la OTAN.

Tras recibirle en el Kremlin, el presidente ruso, Vladimir Putin, impuso el mismo día a su homólogo bielorruso, Alexandr Lukashenko, la mayor condecoración de Rusia, la Orden de San Andrés Apóstol, por su «enorme contribución» al fortalecimiento de las relaciones bilaterales.

El papa Jorge Mario Bergoglio recibirá mañana a Zelenski en el segundo encuentro entre ambos en el Vaticano en menos de dos años.

La reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania del sábado en Berlín ha quedado aplazada por inasistencia del presidente de EEUU, Joe Biden, por la llegada del huracán Milton a Florida. GARA