Trenes eléctricos
Desconozco si un tren eléctrico sigue siendo un regalo esperado por niños o niñas en sus aniversarios o regalos pascuales. Es un entretenimiento de coleccionistas, por parentesco ferroviario en primer grado he visto instalaciones impresionantes de estos trenes en miniatura, con paisajes diversos, en muchos casos con modelos historiados. En mis tiempos, a los niños de familias trabajadoras empezaban por regalarnos unos que iban a cuerda. Pasar al eléctrico era un signo de estabilidad económica y de insistencia.
En el ámbito real, también. La electrificación de las rutas era un signo de modernidad. Las máquinas de vapor fueron convirtiéndose en chatarra o iconos para los museos. Llegaron las máquinas de gasoil que, todavía, se usan para algunos tramos en zonas desfavorecidas de manera residual. La alta velocidad es a base de electricidad. Y todo lo que significa esa circunstancias para entender algunas de las noticias que nos cercan.
Impresiona de una manera casi física ver a Cuba con restricciones de suministro de servicio eléctrico durante muchas horas al día. Se paraliza la vida, la oficial, la comercial y la personal. No parecen encontrarse soluciones que arreglen un vetusto sistema de producción y distribución de electricidad.
Produce miedo conocer el relato del descarrilamiento de un convoy vacío que iba a ser reparado en el túnel entre Chamartín y Atocha en Madrid. Las circunstancias que se van conociendo muestran una decisión personal de un empleado para evitar males mayores. Pudo haber una tragedia. Seguimos atentos a lo que se va descubriendo.

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