El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, anunció ayer la destitución de Yoav Gallant como ministro de Defensa aludiendo a una «desconfianza» que ha ido en aumento y que ahora ve insalvable en un contexto marcado por los frentes abiertos con Hamas en la Franja de Gaza y con Hizbulah en Líbano. Su sustituto será Israel Katz, hasta ahora titular de Exteriores y quien será sustituido por el ministro sin cartera Gideon Saar.

«Aunque en los primeros meses de la guerra hubo confianza y un trabajo muy fructífero, en los últimos meses esta confianza se resquebrajó», dijo Netanyahu, quien apuntó que estas «brechas significativas» han derivado en órdenes contradictorias que han trascendido e incluso han llegado a oídos del «enemigo», que las ha aprovechado para «progresar» en sus ataques. «La crisis de confianza se ha convertido en una crisis general, y no permite un avance gradual de la campaña», añadió en X.

En la misma red, Gallant destacó que la seguridad de Israel «fue y será siempre» la principal «misión» de su vida.

Esta destitución es un asunto que llevaba rondando semanas en la política israelí. Gallant ha sido más propenso a alcanzar acuerdos con Hamas para lograr la liberación de los rehenes que siguen en Gaza, mientras que el resto del Gabinete aboga por una posición más beligerante. También ha defendido el reclutamiento de los ultraortodoxos vistas las necesidades de las FDI, pero la posición de Netanyahu es complicada, pues su Gobierno se apoya en formaciones ultraortodoxas.

Israel sigue bombardeando Gaza y hostigando a Cisjordania

La crisis en el Gobierno de Israel no es motivo para que el Ejército de Israel cese en sus brutales e indiscriminados bombardeos en la Franja de Gaza y en Líbano ni en sus mortales operativos en Cisjordania, sino más bien para recrudecer su estrategia militar en todos los frentes que tiene abiertos. Ayer, los ataques israelíes mataron a al menos 17 palestinos en la Franja de Gaza, según el recuento diario del Ministerio de Sanidad del enclave, lo que eleva a 43.391 los muertos, a los que habría que sumar otros más de 10.000, ya que miles de cadáveres siguen entre los escombros y en las carreteras. En distintos puntos de Cisjordania, soldados israelíes mataron a al menos siete personas, a dos de ellas con un dron. Otras 26 murieron Líbano, quince de ellas en un ataque aéreo en la localidad de Burja; y una más, en un bombardeo contra una zona industrial cerca de la localidad siria de Al-Quseir, cerca de la frontera con Líbano. GARA