GARA
DONOSTIA
REAL

Las pérdidas y los contragolpes complican el futuro europeo

La Real perdió en Plzen el partido correspondiente a la cuarta jornada de la Europa League. Los txuri-urdin, que no terminan de carburar, igualaron el gol inicial de Adu antes del descanso, pero los locales lograron el tanto de la sentencia en el minuto 89.

Aguerd trata de defender a Prince Adu, autor del primer gol de Viktoria Plzen.
Aguerd trata de defender a Prince Adu, autor del primer gol de Viktoria Plzen. (Michal CIZEK | AFP)

Se puede escudar en la injusticia para tratar de explicar la derrota de la Real en Plzen o encabronarse porque la trayectoria de los txuri-urdin deja mucho que desear en demasiados partidos. Lo cierto es que ayer los de Imanol Alguacil dominaron el partido no solo con una posesión mayor que el rival, sino con una superioridad que también se trasladó a las oportunidades, aunque para llegar a esa situación tuviese que remar a contracorriente desde el inicio. Una pérdida de balón a mitad de campo, una debilidad defensiva incomprensible, un repliegue flojísimo y gol del rival.

Tras la última victoria liguera en Sevilla, que fue una auténtica bombona de oxígeno -en el que Take Kubo se reivindicó y Oyarzabal confirmó porqué debe ser titular- ayer, la Real dio un paso atrás. El nipón estuvo desaparecido y, aunque el eibartarra volvió a erigirse en capitán, no fue suficiente. Ya para el minuto 12, los donostiarras iban por detrás en el marcador y el mantra de esta temporada es que los txuri-urdin no remontan ni un partido después de verse por detrás en el luminoso. Partiendo de esa base, y tras media hora de juego con una posesión a favor del 80%, es como para plantearse seriamente que algo serio falla en los últimos compases de las jugadas ofensivas.

OYARZABAL, LÍDER TOTAL

Adu abrió la lata antes del cuarto de hora después de una jugada rápida entre Cadu -que luchó para recuperar el balón con un débil Aramburu- y Jirka, que el delantero ghanés -compañero de Iñaki Williams en el combinado africano- solventó con un disparo al palo corto de Remiro. Primera llegada y primer gol del rival.

A la Real le costó despertarse del golpe y replicar. No lograba transformar en oportunidades esa superioridad en el juego hasta que Oyarzabal sacó de la chistera un buen centro medido para que Oskarsson, de cabeza, lograra empatar la contienda antes del descanso.

El gol del empate cambió el guion del partido y, aunque cada tanto el Plzen asustaba con salidas rápidas a través de un Adu inspiradísimo, la Real hizo méritos para remontar y sumar tres puntos que le hubieran permitido asentarse en mitad de la tabla. Oyarzabal, líder total en cada ataque realista, no estuvo atinado y cuando el punto tampoco parecía tan malo, llegó el jarro de agua fría con el gol de Vasulin en el 89, que deja muy tocada moralmente a la Real que, llegados al ecuador de la fase de grupos, está entre los últimos 12 equipos de la clasificación.