Chavistas y antichavistas se manifestaron ayer en Venezuela, en víspera de la toma de posesión de Nicolás Maduro, tras una reelección que la oposición sigue considerando fraudulenta, mientras la líder opositora María Corina Machado reaparecía en público y protagonizaba la última polémica al denunciar su arresto, que el Gobierno negó y consideró un «show».

Miles de partidarios de Maduro marcharon desde distintos puntos para llenar una decena de avenidas de Caracas y en Zulia, Táchira, Apure y Amazonas -estados fronterizos con Colombia-, y en la región insular de Nueva Esparta, en apoyo a la juramentación del actual presidente.

La convocatoria se anunció un día después de que Machado llamara a «todos» a salir ayer a las calles de Venezuela y del mundo, para reclamar lo que asegura fue la victoria en las presidenciales de Edmundo González, quien seguía de gira por la región recabando apoyos y promete regresar al país pese a la orden de captura en su contra.

La oposición se concentró también en varios puntos de la capital tras la llamada de Machado. Su partido, Vente Venezuela, dijo que había sido «violentamente interceptada» por agentes del Gobierno cuando regresaba de Cachao. Una hora después informaba de su liberación.

El ministro de Exteriores, Yván Gil, le acusó de intentar «una operación de falsa bandera», aludiendo indirectamente al arresto denunciado por su equipo de campaña. Aseguró que se había «burlado» de la «derecha y del fascismo internacional», que salieron inmediatamente a «mentir», y subrayó que con su «virulencia» en la reacción «los Gobiernos y personajes extremistas internacionales» han vuelto a hacer el «ridículo».

Según Gil, el «show» montado ayer en torno a Machado, que dezlizó que habría sido una noticia falsa orquestada por su equipo de campaña, solo buscaba ocultar «el fracaso» de su convocatoria».