Escabullirse
Se celebran los resultados del último Barómetro de Hábitos de Lectura, que elabora el Gremio de Editores estatales; pero un 36% no lee nunca, y el gasto anual medio en libros es mínimo, 22 euracos frente a los 54 de la France por ejemplo. Quizá haya más lectores -perdón, lectoras-, pero no compran libros habitualmente, ¡que ocupan mucho sitio!, y gastar en cultura duele. Y además, ¿qué leemos? Se publican al año unos 12.000 títulos de literatura para adultos; de ellos, unas 9.000 novelas, ¡33 al día! Planeta y Random House -los dos megagrupos- editan el 80%, y concentran el 90% de los 60 libros más vendidos, dejando el resto a esa pléyade de pequeñas editoriales independientes que por ahora garantizan una cierta biodiversidad.
Más allá de los best-sellers masivos, lo habitual son tiradas de 2.000 ejemplares, que difícilmente se venden. La lógica económica y empresarial se impone a los criterios literarios, y determina qué se lee e interfiere en la calidad de lo que se publica. Hiperinflación de novela negra, histórica, romántica y chuscos ‘‘premiosplaneta.’’ Pero pensemos que el buen libro se escabulle pronto de la categoría de mercancía, que nos afecta y perdura, que nos libera del tiempo de los productivos relojes.

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