Raimundo FITERO
DE REOJO

El precio de las balas

Si fuera un buen ciudadano estadounidense sabría el precio de las balas, las marcas que están en oferta, los lugares donde tiene mayor variedad y otros asuntos con los que los pistoleros acrecientan su seguridad de ser unos entendidos en la materia. Por eso, al enterarse la ciudadanía encelada con las tramas conspirativas, casi de rondón, que el ministerio de Interior de Grande-Marlaska, a través de su querida Guardia Civil, ha comprado quince millones trescientas mil balas a unas empresas israelís por seis millones seiscientos mil euros, han empezado los más despiertos e interesados a hacer cuentas y no les salen ni rosarios.

Sería bueno conocer con transparencia las otras ofertas existentes para esta partida. Porque se ha armado un revuelo, ya que habían hecho el paripé de asegurar que no comprarían material militar a Israel, pero parece que la concesión ya estaba firmada y se metían en un lío si no cumplían. Otra duda razonable es si esa cantidad de balas es una previsión correcta en tiempos de paz, sol y procesiones o se trata de un material dedicado solamente para entrenamiento dominguero. Y claro, las otras policías que nos persiguen tienen sus sistemas de compra autónomo y nos gustaría saber, ya que estamos, dónde y a cuánto las compran. No por nada, simplemente para comparar. Además, los ejércitos también usan balas, de muchos tamaños.

Muchas cuentas hechas a ciegas o por catálogo. Mucho dinero para balas, aunque esta remesa parece que lleva un coste adicional: un nuevo desencuentro en el gobierno de coalición. Otro más. ¿Se aburren?