El presidente chino, Xi Jinping, recibió ayer en Pekín al ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, en pleno endurecimiento del tono de EEUU hacia Rusia, con el presidente estadounidense, Donald Trump, amenazando con aranceles indirectos o secundarios del 100% si Moscú no firma un acuerdo de paz en Ucrania en 50 días. Esos aranceles afectarían a los países que comercian con Rusia, como la propia China, India o Brasil.

Trump escenificó así un giro en su postura hacia el Kremlin, tras varios días de expresar públicamente su frustración con el mandatario ruso, Vladimir Putin, por la continuidad de los bombardeos rusos en Ucrania.

El encuentro entre Xi y Lavrov tuvo lugar en el marco de la reunión de ministros de Exteriores de la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS), apodada la «OTAN asiática», que arrancó ayer en la ciudad de Tianjin, a unos 130 kilómetros de la capital china.

El secretario general del PCCh pidió que China y Rusia «fortalezcan su apoyo mutuo y su cooperación» en plataformas internacionales como la propia OCS, y subrayó la importancia de «proteger la seguridad y los intereses de desarrollo» de ambos países.

Xi, quien calificó a Lavrov como «un viejo amigo del pueblo chino», instó a «seguir implementando eficazmente» los consensos entre él y Putin, quienes han estrechado lazos en los últimos años.

PUTIN, A PEKÍN

La reunión abordó la próxima visita de Putin a China, donde está previsto que asista al desfile del 3 de setiembre en Pekín por el 80º aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial.

Antes de que Rusia iniciara la invasión de Ucrania, en febrero de 2022, Xi y Putin proclamaron en Pekín su «amistad sin límites», y desde entonces, Pekín ha mantenido una postura ambigua hacia la guerra: ha pedido respeto para la integridad territorial de todos los países, incluida Ucrania, al tiempo que ha exigido atender las «preocupaciones de seguridad» de todas las partes, en alusión a Moscú.

Occidente acusa a China de apoyar el esfuerzo bélico ruso, extremo que Pekín niega.

El encuentro de la OCS congrega a los jefes de la diplomacia de China, Rusia, India, Irán y Pakistán, entre otros, con la presidencia rotatoria anual china, que busca lograr «un mayor consenso cooperativo» y abordar la cooperación regional y los principales desafíos internacionales.

La cita tiene lugar semanas después de que una reunión similar entre los ministros de Defensa, en la ciudad china de Qingdao, concluyera sin una declaración conjunta debido a desacuerdos sobre seguridad.

India denunció entonces que algunos países emplean «el terrorismo transfronterizo como herramienta política y dan cobijo a grupos extremistas», en referencia a Pakistán.

El canciller indio, Subrahmanyam Jaishankar, fue recibido el lunes en Pekín por su homólogo chino, Wang Yi, primer encuentro de este calado desde el choque fronterizo en el valle de Galwan en 2020, en el que murieron soldados de ambos bandos y en un intento de rebajar las tensiones bilaterales.

También está prevista la asistencia del ministro iraní de Exteriores, Abas Araqchi, tras la bautizada por Trump como «Guerra de los 12 días» de Israel y EEUU contra Irán.

La OCS, que incluye a Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Bielorrusia y Uzbekistán, es la institución más grande del mundo por alcance geográfico y demográfico (40% de la población mundial). En 2023 rondaba el 25% del PIB mundial.

Trump deja entreabierta la puerta a su amigo Putin

Donald Trump confirmó a la cadena BBC que está decepcionado con Vladimir Putin, pero matizó que no ha cerrado la puerta a los esfuerzos para alcanzar un acuerdo sobre Ucrania. «Estoy decepcionado con él, pero no he terminado con él», dijo.

Al ser preguntado sobre cómo lograría que Putin detuviera la guerra, respondió con un «estamos trabajando en ello». «Tendremos una gran conversación. Diré: 'Eso está bien, creo que estamos cerca de lograrlo (por el acuerdo)', y entonces derribará un edificio en Kiev», ironizó. GARA