Paula RAMÓN
LOS ÁNGELES

Las redadas de inmigrantes amenazan la seguridad alimentaria de EEUU

Las redadas de inmigrantes que está llevando a cabo el Gobierno de Donald Trump se han convertido en una seria amenaza para la seguridad alimentaria de EEUU, ya que los agricultores se están quedando sin mano de obra para recoger las cosechas, empacar los productos y llevarlos a los mercados. Piden soluciones efectivas para el campo.

La hacendada Lisa Tate pasea por una de sus plantaciones, afectada por las redadas de inmigrantes de Trump.
La hacendada Lisa Tate pasea por una de sus plantaciones, afectada por las redadas de inmigrantes de Trump. (Valerie MACON | AFP)

La seguridad alimentaria de EEUU se está viendo amenazada por las redadas de inmigrantes que ha lanzado el Gobierno de Trump. Así lo pone de relieve la agricultora Lisa Tate, cuya familia ha trabajado la tierra en el sur de California por más de un siglo, que señala que nunca había visto una amenaza a los cultivos como en los últimos meses con la arremetida antinmigración.

Afincada en Ventura, ciudad al norte de Los Ángeles escenario reciente de varias redadas de las autoridades migratorias, Tate sostiene que la ejecución de esta política federal no resuelve el problema en el campo. Al contrario, «solo va a desmantelar toda la economía».

«Me comencé a preocupar cuando vi a un grupo de agentes de inmigración venir al valle central e ir a las haciendas para cazar a la gente, saltándose el derecho de propiedad», señala la granjera de 46 años desde una de sus plantaciones de aguacate.

«No estamos acostumbrados a ver eso en la agricultura», añade Tate, cuya familia administra ocho haciendas dedicadas principalmente a los cítricos y al aguacate, además de café. La hacendada explica que no se trata solo de los trabajadores que recogen la cosecha en los campos. «Toda la cadena alimenticia está involucrada», indica.

Camioneros, empaquetadores, vendedores, mercados… más allá del estado migratorio, todo el mundo tiene miedo, señala. Incluso ella, cuyas raíces están muy afincadas en Estados Unidos. «Estoy nerviosa y asustada, porque nos sentimos atacados», comenta.

Varios de los agricultores consultados han declinado conversar por temor a represalias de la Administración.

MANO DE OBRA ESENCIAL

Lisa Tate sostiene que el sector agrícola ha intentado durante años buscar soluciones permanentes para el campo que satisfagan la demanda existente, y no solo permisos temporales para trabajadores inmigrantes, mano de obra esencial en las plantaciones.

El número de vacantes del programa temporal de visas para el campo prácticamente se triplicó entre 2014 y 2024, según datos del Departamento del Trabajo, lo que da cuenta de la dependencia del sector de la mano de obra extranjera para ocupar sus vacantes.

Pero los agricultores viven una continua escasez de trabajadores en el campo, ya que los estadounidenses no buscan este tipo de trabajo, que implica largas jornadas bajo temperaturas extremas, sea lluvia o sol, y requiere un enorme esfuerzo físico.

Por todo ello, considera que «lo que realmente necesitamos es una legislación que establezca el tipo de programa que requerimos y que funcione para los trabajadores garantizando su seguridad, que garantice la igualdad de condiciones en el comercio internacional, así como en las necesidades nacionales». En opinión de Tate, eso es lo que puede evitar «un desastre».