La ONU confía en lograr un tratado sobre plásticos «sólido»
La sexta reunión de negociadores con el fin de lograr un tratado global contra la contaminación por plásticos comenzó ayer con un llamamiento a que los 180 países participantes lleguen a un acuerdo.

Representantes de cerca de 180 países se reúnen desde ayer en la sede de Naciones Unidas en Ginebra para redactar, en un plazo de diez días, el primer tratado mundial destinado a reducir la contaminación de plásticos que amenaza con asfixiar al planeta. Al inaugurar oficialmente las sesiones, el diplomático ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, que preside los debates, puso a los Estados frente a su responsabilidad en atajar una «crisis mundial».
«La contaminación causada por el uso de plásticos está dañando los ecosistemas, contaminando nuestros océanos y ríos, amenazando la biodiversidad, perjudicando la salud humana y afectando de manera injusta a los más vulnerables. La emergencia es real (…) y la responsabilidad recae en nosotros», advirtió.
La directora ejecutiva del Programa de la ONU para el Medio Ambiente (Pnuma), Inger Andersen, expresó su esperanza en que las negociaciones concluyan el día 14 con un texto «sólido y hecho para perdurar». «Debe incluir bases claras para lo que traiga el futuro, y ha de estar hecho para perdurar, no solo para el momento actual», destacó Andersen tras la inauguración del sexto periodo de negociaciones, que se prolongan ya casi tres años.
La máxima responsable de medioambiente de la ONU incidió en que la polución plástica «está en nuestra naturaleza, en nuestros océanos e incluso en nuestros cuerpos», pero al mismo tiempo la producción y los desechos derivados de estos materiales aumentan a un ritmo insostenible.
«Producimos cerca de 430 millones de toneladas anuales y una gran parte de ellas termina sin tratar ni gestionar en el medioambiente. Si seguimos como si nada, esa producción se triplicará, por lo que hace falta un cambio. Por eso estamos aquí», agregó.
PUNTOS DISCORDANTES
Los principales escollos en el actual borrador parecen girar en torno a las limitaciones a la producción y a la lista de sustancias químicas a prohibir que debería figurar en el artículo 3.
Las ONG piden que el tratado conduzca a una reducción de hasta el 75% en la producción actual de plásticos, pero ese objetivo choca con la oposición de países petroleros, como Rusia, Estados Unidos y las monarquías del Golfo, o de productores de artículos en el que los plástico es una importante materia prima, incluyendo India, China y Pakistán.

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