El militarismo siempre activa inercias negativas
La noche del miércoles, el Ejército de Polonia registró 19 incursiones con drones en el espacio aéreo del país, de los cuales al menos tres fueron derribados por aviones polacos y de la OTAN. El primer ministro, Donald Tusk, consideró que esa violación de su espacio aéreo es muy grave, ya que se trata de la primera vez que un incidente así se da en «el territorio de un país miembro de la Alianza Atlántica». Tusk interpeló a sus aliados a reaccionar y todos lo hicieron, empezando por el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, que lo calificó de «comportamiento imprudente». El Ejército ruso informó de que había llevado a cabo un «ataque masivo» contra objetivos militares-industriales en el oeste de Ucrania, incluyendo drones de ataque, pero que «no había planes de atacar instalaciones en territorio de Polonia», por lo que contrastarán lo sucedido con sus homólogos polacos.
La actualidad viene marcada cada vez más a menudo por acciones militares e injerencias que chocan con el derecho internacional. En apenas una semana ha habido episodios muy serios, con los drones como tristes protagonistas. EEUU destruyó con esas armas teledirigidas una pequeña lancha procedente de Venezuela y mató a su tripulación, a la que acusó de ser narcotraficantes; Israel ha atacado repetidas veces a la Flotilla a Gaza en Túnez; el Gobierno sionista, de nuevo, bombardeó Doha con el objetivo de eliminar a la delegación de Hamas que se encontraba en la capital de Qatar negociando; y ahora el incidente de los drones rusos en Polonia añade tensión cuando los esfuerzos deberían concentrarse en lograr una salida negociada a la guerra de Ucrania.
El militarismo se está reforzando en las relaciones internacionales, desde los temas más estructurales, como el incremento general en el gasto militar y en inversiones, hasta cuestiones más simbólicas, como el gran desfile de China o el cambio de denominación de Departamento de Defensa a Departamento de Guerra en EEUU. Ese belicismo es provocador y tiende a romper límites y normas de forma incauta. En esos experimentos criminales, pone en peligro a los pueblos y la paz. Por eso, hay que denunciarlo y combatirlo.

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