Arnaitz GORRITI
Laboral Kutxa Baskonia en la Euroliga

La lesión de Nocioni y la derrota chafan las cosas bien hechas

Los gasteiztarras se repusieron de un mal inicio, convirtiendo el choque en un tobogán de irregularidades. Un triple a 6 segundos de Simon decidió el partido.

LOKOMOTIV KUBAN 85

LABORL KUTXA BASKONIA 84

Hablar de las muchas cosas que hizo bien ayer el Laboral Kutxa Baskonia en Krasnodar, del paso adelante de Hodge y Tibor Pleiss, o de los grandes minutos de Kelati y Milko Bjelica, casi parece una broma de mal gusto después de caer y, sobre todo, por la cruel forma de caer.

Después de un muy mal arranque, la escuadra de Gasteiz se rehizo y puso al Lokomotiv Kuban contra las cuerdas, y, de hecho, ganaba en el último minuto por 79-84, superando en el camino la lesión de rodilla de Andrés Nocioni. Pero en esos últimos segundos, demasiadas cosas salieron mal. Primero, Hodge hizo una evitable falta sobre el triple de Marcus Williams, regalo que el ex de Unicaja aprovechó clavando los tres tiros libres. Con 82-84, y tras el pertinente tiempo muerto de Scariolo, Heurtel quiso jugársela, pero a diferencia del duelo ante el Maccabi, su triple no entró, y en la posterior transición, Krunislav Simon clavaba el triple, estableciendo el definitivo 85-84, sin que la defensa baskonista parara a ningún adversario con una falta.

Aún quedaban seis segundos. Hodge y Milko Bjelica se aturullaron en ataque, pero el base boricua tuvo tiempo de sacar el lanzamiento. Pero su intento se salió del aro. Evgeny Pashutin y los suyos se abrazaron con mayor efusividad que si hubieran ganado la Euroliga, mientras que las huestes baskonistas se marchaban con cara de tontos.

Demasiadas cosas salieron mal en un contexto de recuperación. Kaukenas apenas pudo jugar después de haber recibido un golpe en un entrenamiento en Krasnodar, y el arranque baskonista fue poco prometedor. Lokomotiv Kuban atacaba a Jelinek y Heurtel por sistema, provocando desajustes continuos en defensa, algo que los Brown o Simon lo aprovechaban.

Juego discontinuo

Pero Sergio Scariolo sacó a Milko Bjelica, Hodge y Kelati en cancha y las cosas cambiaron. Una zona 2-3, más la movilidad de Bjelica provocó que Hendrix se cargara de faltas, y Hodge enseñó el camino hacia el aro con varios triples. Tras un amenazador 30-18, el Laboral Kutxa Baskonia se reenganchó al duelo con un parcial de 0-11.

Ambos cuadros adolecieron de excesiva irregularidad en su juego. La ausencia de Hendrix y el mal momento de Maric desequilibraba el juego ruso, que se veía perdiendo el descanso 40-42, y 42-49 nada más arrancar el tercer cuarto, gracias a unos buenos minutos de Pleiss tras el paso por los vestuarios. Un par de triples de Jelinek ponían el marcador 48-56.

Pero el choque se convirtió en un tobogán, ya que los de Pashutin, que tiró de todo su fondo de banquillo, cosa inusual en él, se agarraban a sus opciones: zonas, presiones, la verticalidad de Bykov, Kalnietis o Williams, sumando puntos tras asistencia.

Con todo, el ritmo era baskonista, incluso tras la lesión de Nocioni, llegando a ponerse 75-83, pero su irregularidad le pasaba factura, una irregularidad que decantó el duelo.