Luc Besson posee una de las trayectorias más desconcertantes de la historia del cine. De practicar un cine de autor renovador y original pasó a formar su propia compañía EuropaCorp, convirtiéndose en un ambicioso empresario. Por eso cuando dirige y produce a la vez puede más el productor que el cineasta, lo que vuelve a suceder con «Malavita».

No hay nada destacable en la película, realizada con tan poca personalidad que podía haber sido hecha por cualquiera de los realizadores anónimos que trabajan para Luc Besson. La historia de una familia de gángsters estadounidense que se muda a un pequeño pueblo tranquilo de Normandía con las identidades cambiadas, dentro de un programa de protección de testigos, está tomada de una novela de Tonino Benacquista.

Besson nunca encuentra el tono apropiado, moviéndose entre la comedia paródica y la acción violenta que estalla en el tiroteo final. Tampoco saca un especial rendimiento del trío estelar formado por Robert De Niro, Michelle Pfeiffer y Tommy Lee Jones.

Uno de los nuestros

En su decadente trayectoria actoral, De Niro no duda en interpretarse a si mismo, participando en una sesión de cine-forum sobre la película de Martin Scorsese «Uno de los nuestros». En el debate posterior habla como cualquiera de sus personajes, contando que ese tipo de ficciones se basan en una realidad delictiva habitual en le mundo de la mafia italoamericana.