Joseba VIVANCO
Un gol de Iker Muniain mantiene invicto San Mamés

Corazón de león

Ante un Barcelona que solo duró veinte minutos, los rojiblancos impusieron su mayor intensidad y ambición para llevarse los tres puntos y romper con una racha que duraba ya siete años. Gran partido de los de Valverde ante unos culés lejos de su mejor versión.

ATHLETIC 1

BARCELONA 0

«Jugar en los mejores clubes es un bonito reto, pero hay un reto mucho más difícil. Jugar contra ellos y ganarles. Yo me dedico a eso». Las palabras son de Matt Le Tissier, exfutbolista del Southampton que jugó toda su vida deportiva, 16 años, vistiendo la camiseta de los Saints. Anoche, en un San Mamés entregado, anoche, esos jugadores que fueron leones, debieron de sentir algo parecido cuando el colegiado certificó con su pitido final la victoria de los rojiblancos, merecida y ganada a pulso victoria, ante un Barcelona que no es ni de lejos el que era. Anoche, San Mamés dio un pasito más en ese peldaño que le lleve a ser esa Catedral que era el viejo estadio. Grande San Mamés. Y lo hizo de la mano de un grupo estajanovista, encabezado por un soldado de la transpiración como es Gaizka Toquero y adornado por un Iker Muniain enrachado cara al gol, que no debería olvidar noches como la de ayer.

Sonó el pitido final y más de un jugador rojiblanco se doblegó de rodillas al verde, exhausto, agradecido. La grada blandía sus bufandas. La comunión estaba servida. San Mamés en estado puro. Victoria trabajada y sufrida, peleada, merecida.

Veinte minutos, los que van del diez al treinta de la primera mitad, fue todo el bagaje que dejó el Barça del Tata Martino en el coliseo bilbaino. Tiempo en el que los culés tuvieron en sus botas la posibilidad de adelantarse en el marcador. Pero este Athletic está de dulce, incluso, justo es decirlo, el trencilla echó una mano al no expulsar a Iturraspe por un derribo a Neymar en el minuto 56. El resto del choque, el Athletic le echó carácter, garra, ambición, puso sobre el césped todas esas virtudes que Valverde dicen atesoran y quieren explotar. Partido sin respiro, sin tregua, sin minutos de sosesiego, sin cuartel. Ante un Barcelona que, es cierto, parece un garabato, que ya no domina cuando quiere, que ya no juega en equipo, sino individual. Y que sufre cuando le aprietan. Como anoche.

No había pitado el colegiado aún el arranque del partido y Toquero parecía un caballo de carreras al que hay que sujetarle las bridas. Premonitorio. Fue un incordio para la endeble pareja de centrales blaugranas y si bien más de uno echó en falta la testa de Aduriz en alguno de los cabezazos que tuvo el gasteiztarra ante la meta de Pinto, lo del de Ariznabarra fue ayer de sobresaliente.

El himno del Athletic había retumbado en San Mamés como en las mejores noches, metiendo al público a ras de hierba. «¡Ni Barça, ni Madrid, Athleeetic!», coreaba la grada tras el sentido escaso minuto de silencio en recuerdo al fallecido Beti Duñabeitia. El atrezzo acompañaba y los leones salieron con hambre. Fueron suyos los primeros diez minutos de encuentro, con un equipo catalán replegado, esperando, escuchando los ya clásicos pitos a Iniesta y primera jugada por banda de Muniain que Susaeta no acierta. Pero desde ahí hasta la media hora, monólogo culé.

Sin un `9' fijo, con Fábregas libre para recibir tras la primera línea de presión rojiblanca, los del Tata Martino pronto hicieron replegarse en exceso a un Athletic que juntaba líneas atrás y apenas tenía hombres para ir a la contra. Minutos difíciles para los bilbainos que salvó Iraizoz en una mano milagrosa sacada a Neymar, un fallido remate de Iniesta desde la frontal con todo a favor, una penetración endiblada de Montoya que cortó justo cuando se disponía a machacar a Iraizoz...

Apenas dos disparos lejanos y mal encaminados de Rico eran los fuegos de artificio rojiblancos, que a punto estuvieron de hacer estallar el estadio cuando Muniain no acertó -como sí hizo en Málaga- en las mismas narices de Pinto, a asistencia envenenada de Susaeta. Fue un punto de inflexión porque de ahí al final del primer tiempo, los leones fueron mejores que unos culés que volvieron a evidenciar muchos problemas atrás y jugadores que están lejos de su mejor nival.

El Athletic movió bien la pelota, aprovechó la debilidad azulgrana en sus laterales, se fajó y se quitó de encima la presión catalana. Un cabezazo desviado en plancha de Toquero tras un nuevo robo de balón de Muniain y una triaungulación telepática entre Susaeta, Herrera y pase atrás fallido de Iraola, condujeron a los equipos camino a vestuarios. Antes, Gurpegi le djó claro a Neymar quién quería mandar en el partido. Premonición de lo que estaba por venir.

La arenga de Valverde tuvo más efecto que la de Martino porque el Athletic salió a por el partido, decidido. Tras un inicio abierto, sin dueño, un balón a la lona de Neymar con todo para él y la jugada en la que el árbitro perdonó la roja a Iturraspe, dio paso a unos minutos de descontrol en el que el Athletic fue mejor. Era el minuto más caliente del partido, el 69. Herrera robó un balón en la salida culé, Susaeta trazó desde la banda y Muniain la cazó a la red.

El Barça no quedó tocado, sino hundio. El Athletic le dio al `nitroso' y pasó casi por encima. Tuvo Toquero el segundo en su testa pero la cabeceó al `muñeco' Pinto, a Laporte se le fue alto su cabezazo... San Mamés botaba y cómo botaba. Toquero levantaba al público de sus asientos con sus presiones a la zaga catalana, Muniain se despedía del juego entre una aclamación, minuto 89 y el Athletic presionaba la salida de balón del Barcelona... Tres minutos de descuento. La portería de Iraizoz no peligraba. Este Athletic parece haber madurado. Este Athletic tiene mérito. Dos remates a puerta del Barça en todo el partido. Este Athletic es cuarto. Este Athletic ya sueña.

Valverde enfatiza que «estamos en el buen camino»

Ernesto Valverde apeló a la «cuestión anímica» como la poción mágica que hace que este Athletic marche cuarto en Liga después de haber ganado al Barcelona. Un ánimo que les hace correr sin descanso, enfatizó el técnico rojiblanco, que más allá de triunfalismos y de sacar pecho, se limitó a subrayar que «estamos en el buen camino». Un triunfo el de anoche que «nos da confianza por cómo ha sido, por el rival, por lo que hemos sufrido. Debemos aprovechar este buen momento». Valverde dijo no saber si había sido el mejor partido de los suyos, pero lo que sí tiene claro es que «para ganar un partido tenemos que hacer lo de hoy, correr como locos». Alabanzas para Toquero y Muniain. Sobresalientes. J.V.