A. G.
saski baskonia

Un Joventut bipolar recibe a los gasteiztarras tras el tropiezo de Belgrado

JOVENTUT - LABORAL KUTXA

«Tenemos que aceptar con humildad que no podemos competir en partidos de envergadura si no jugamos al 100%», recalcaba Sergio Scariolo tras la derrota en la cancha del Estrella Roja de Belgrado. Laboral Kutxa Baskonia extrajo una importante lección de cara al futuro con aquel tropezón, y ahora visita la cancha del Joventut. A ver si es capaz de aplicarla.

Los gasteiztarras se enfrentan a una Penya algo bipolar. La juventud e irregularidad intrínseca de su plantel hace que los entrenados por Salva Maldonado enlacen cuartos espectaculares con otros calamitosos. Sin ir más lejos, el sábado pasado los verdinegros lograron ganar en Valladolid, pero sufriendo más de la cuenta, ya que a un inicio fulgurante le siguió un apagón que solo gracias al sprint final de Guillem Vives -una de las mejores noticias de la presente Liga- y Shurna pudieron arreglar.

Pero de irregular también peca la escuadra gasteiztarra. «En Belgrado no empezamos bien y nos tocó ir siempre un paso por detrás en todo el partido», reconocía un David Jelinek que regresa a la pista que lo vio crecer como jugador. «Para mí siempre será un partido diferente», admitía.

Con Causeur y sin Hanga

De cara a este partido, Laboral Kutxa Baskonia daba de alta a Causeur y Nocioni en lugar de Hanga y Kelati. El alero húngaro padece una tendinitis en la pierna derecha y el polaco-eritreo, un golpe.