«Condenado» al Last 32 tras un calvario digno de Semana Santa
Los excesivos errores de los hombres de negro quedaron difusos en un final en el que Mumbrú fue el héroe con la canasta decisiva.

BILBAO BASKET 90
OLDENBURG 84
Lejos del Edén de la Euroliga, a falta de ambrosía divina, Bilbao Basket se vio condenado a ganarse el pan con el sudor de su frente. Y Bilbao Basket sudó: tinta, sangre y cualquier clase de líquido. Al final, los hombres de negro, se ven «condenados» al Last 32 por un dolor de partido digno de Semana Santa, con su muerte y resurrección en el lote.
El primer contratiempo serio devino con la segunda falta de Raül López, que llegó acompañada con un parcial de 0-8 del cuadro teutón. Los hombres de negro respondieron con la misma moneda: Mumbrú se echaba su equipo a la espalda, Bertans regresaba a la cancha y Kavaliauskas lograba el empate a 21 al final del primer cuarto.
Lo malo era que el ritmo de juego pertenecía al Oldenburg mientras Bilbao Basket se veía a sí mismo encorsetado en la previsibilidad y el desacierto aun cuando movía bien la bola.
La mejora en defensa trajo las primeras ventajas de verdad de los locales, logrando situarse 29-24 -mínima renta para certificar el pase al Last 32-, aunque los alemanes no tardaron en reaccionar, aprovechándose de varios errores de los bases bilbainos, como la falta de Grimau en el «tres más uno» de Paulding.
Se notaban demasiado los nervios, hasta en gentes bragadas como Raül López, que renunciaba a una bandeja clara y provocaba un mal ataque con un tiro errado por Pilepic. Su adversario tampoco andaba sobrado de talentos en el zurrón, y mantenía a los hombres de negro con vida, con dudas y mucho dolor, como el triple de Mumbrú para el 36-34, después de amagar no menos de tres veces pese a encontrarse solo.
Con la coincidencia en pista de Bertans y Pilepic, Bilbao Basket apretó un poco su trabajo atrás, cerrando espacios al base Jenkins. Hervelle, con un «costa a costa» elevaba los cinco puntos de renta, 44-39, para llegar al receso 46-41, con una canasta de Mumbrú sobre la bocina y el estallido tanto del alero como de Miribilla como si hubiera ganado la Final Four de la Euroliga.
Milagro en 49 segundos
Con el arranque del tercer período, Bilbao Basket llegó hasta a escaparse: 53-45, fruto de los mejores minutos de Raül López, la capacidad de omnipresencia defensiva de Hervelle y cuarto y mitad de acierto de Gabriel.
Pero de golpe, los hombres de negro se fundieron. Ewe Baskets Oldenburg no solo atrapó a los vizcainos, sino que los superaba 57-61 al final del tercer cuarto tras un parcial de 6-16. Un parcial que se estiraría hasta el 6-21 con el arranque del período final: 57-66.
Y de las pérdidas, al acierto a la desesperada, entre Gabriel y Markota, y un triple a tablero de Bertans: 74-69. Oldenburg volvía a reaccionar entre Freese y Joyce, y se mantenía así el movimiento pendular que parecía un quiero y no puedo: 83-80 de Bertans, contestado con el «dos más uno» del pívot Freese.
Y llegó el milagro en 49 segundos. Triple de Markota y contra de Mumbrú: 88-83. Un salto entre dos con Bertans para los visitantes tras concilio arbitral y el «cohete» cometió una falta que Joyce dejó en 88-84. Y casi sobre la bocina, Mumbrú va y decide: 90-84, a falta de 1,6 segundos. Como para pensar en santos milagreros.
Pueyo: «El equipo ha tenido fe cuando peor lo ha tenido»
Alivio. He ahí el semblante de un Rafa Pueyo agradecido y emocionado, y que achacó el resultado final a la «fe» tanto de la afición como de sus propios hombres.
«Una vez más, agradecer a la `marea negra', nuestro sexto jugador, por su apoyo y su fe. Luego quiero felicitar a los jugadores. Estando a 14 puntos de la eliminatoria, 57-66, han creído, defendido como animales y se han soltado en ataque en los últimos 8 minutos. Ha sido todo un espectáculo», dijo.
«Ha sido una lucha de 40 minutos de verdad. La clave ha sido cometer solo una pérdida en el último cuarto, y nos hemos soltado con el partido muy difícil», culminó.
«El vestuario», dijo, «está eufórico. ¡Pero cuánto sufrimos!», reconocía. A. G.

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