OBRADOIRO - LABORAL KUTXA BASKONIA

Mirar la clasificación de la Liga ACB produce cierto escalofrío en el seno de Saski Baskonia. Con cinco victorias y siete derrotas, la entidad gasteiztarra se sitúa en la duodécima plaza, después de acumular hasta cuatro derrotas consecutivas, la última, particularmente dolorosa, ante el Iberostar Tenerife. Y las huestes baskonistas visitan el Fontes do Sar, una cancha particularmente incómoda para vérselas ante el Obradoiro, un equipo que ya sabe, y hasta qué punto, lo que es hurgar en un mal momento del Laboral Kutxa Baskonia. Así pues, y teniendo en cuenta que los agobios clasificatorios de cara a la Copa empiezan a achuchar, más vale no comerse la cabeza con lo que podría pasar en caso de perder contra la formación galaica.

Porque la situación de este Laboral Kutxa Baskonia vuelve a ser algo delicada. La escuadra de La Laguna dominó por completo a los de Sergio Scariolo, provocando los silbidos de buena parte de los 10.000 espectadores reunidos en el Buesa Arena. Hasta el propio técnico gasteiztarra tuvo a bien criticar de forma más o menos velada la facilidad con la que los exteriores rivales pudieron moverse. Así, Scariolo denunció que Saúl Blanco «ha podido salir muy solo de los bloqueos», mientras que de Ricardo Uriz -de hecho, el base navarro acabaría con el galardón MVP de la jornada al obtener una valoración de 35 tras sumar 26 puntos, 4 asistencias y 3 rebotes- Sergio Scariolo declararía que «lo convertimos en All Star, y aunque no se le pueda negar su parte de mérito, también una parte que es demérito nuestro».

Presión y defensa

En los últimos años, el lema «Carácter Baskonia» ha crecido al mismo ritmo que la escuadra gasteiztarra. Pero tras la derrota ante la escuadra tinerfeña, Sergio Scariolo acentuaba que «más de un jugador, en estos momentos, está más bien bloqueado por la presión».

Los motivos son evidentes. Amén de clasificarse para el Top 16 de la Euroliga, jugar la Copa y los play offs de la ACB -aproximadamente, situarse como alternativa a los intocables Real Madrid y Barcelona; esto es, llegar a semifinales, a la altura de los Valencia Basket o Unicaja- es el objetivo marcado por la propia entidad gasteiztarra, algo que a día de hoy no alcanza.

Cierto que la duodécima posición asusta más que la diferencia respecto al octavo, un Cajasol que suma solo un triunfo más que el Laboral Kutxa Baskonia. Pero los gasteiztarras se hallan empatados con otros -Joventut, Bilbao Basket y Murcia-, mientras que el CAI Zaragoza tiene un triunfo más; es decir, se sitúa por detrás porque tiene un average general peor que sus rivales, salvo el UCAM Murcia.

Para que ese average mejore, Laboral Kutxa Baskonia debe ponerse desde ya a mejorar en defensa, algo que Sergio Scariolo suplica para su conjunto. «Al margen de no ser muy buenos defensores individuales, no podemos ser tan blandos en la defensa de hombre a hombre, y tenemos que ayudarnos más».

«No hay equipo perfecto y este tiene problemas atrás», incidía Scariolo. Y más con la baja de Pleiss por un esguince de tobillo, cuyos 216 centímetros se antojan esenciales para aportar intimidación, pese a su tendencia a cargarse de faltas. «Milko está haciendo un excelente trabajo, pero eso no significa que no podamos hacerlo mejor», añadía de forma elocuente su entrenador.

Visto lo visto, y con las alarmas encendidas por Gasteiz, perder ante el Obradoiro no es una opción. Pero sí una posibilidad que asusta pensarla.