Aunque ha reconocido en varias ocasiones sentirse privilegiado por dedicarse al fútbol profesional, lo cierto es que Asier Riesgo últimamente no ha tenido suerte en el aspecto deportivo. Salió de la Real buscando minutos, razón por la que recaló en Osasuna, donde se encontró con el mejor Ricardo. Cuando Mendilibar decidió apostar por él, se lesionó a los pocos minutos y esa circunstancia no la desaprovechó Andrés Fernández.

Ahora, tras la expulsión en Sevilla del guardameta murciano, el de Deba tiene la oportunidad de demostrar que se puede confiar en sus prestaciones como titular. De hecho, la coyuntura ha virado en redondo, pues lo más probable es que el guipuzcoano no defienda la portería rojilla mañana frente al Real Madrid para evitar cualquier tipo de contratiempo que le impidiese jugar de inicio en Granada, donde Andrés no podrá hacerlo por la sanción que se le impondrá.

Pese a que no será titular en la competición copera, la actualidad informativa le llevó a opinar sobre el inminente partido frente a los merengues. «Si estamos defensivamente fuertes y les hacemos un encuentro incómodo a ellos, podemos remontar el 2-0 de la ida, aprovechando nuestros puntos fuertes en estrategia o cogiéndoles en alguna contra», aseguró el meta.

Como ocurrió en el Benito Villamarín y también en el envite liguero de mediados de diciembre precisamente ante los madridistas, otro aspecto importante sería «meter pronto un gol» en lo que consideró va a ser un «partido ilusionante», del que de momento no se descarta, porque «será el míster quien decida y no sé qué tendrá en la cabeza», comentó.

«Me salió todo de cara»

A Riesgo le tocó este pasado domingo vivir una experiencia futbolística novedosa, cuando se vio obligado a salir del banco sin calentar para intentar parar una pena máxima. «Fue una sensación un tanto rara porque pasé de estar con la tensión del banquillo a cambiar el chip e intentar meterte en el partido cuanto antes», relató.

El debarra no pudo entrar con mejor pie en el choque, ya que, aunque no detuvo el penalti botado por Rubén Castro, el travesaño acabó escupiendo el cuero. A partir de ahí, el cancerbero guipuzcoano se mostró bastante seguro, con alguna intervención en forma de palomita, incluida. «Me salió todo de cara, pues la idea era aguantar el resultado», confirmó.

Y el objetivo no resultó tarea sencilla. «Fue importante que fallasen el penalti para seguir manteniendo el 0-2, al equipo le dio un plus para seguir firme porque ellos se fueron con todo arriba, los centrales se convirtieron en delanteros, de ahí que resultase normal que nosotros nos metiésemos atrás, pero conseguimos los tres puntos aunque fuese sufriendo», describió.