Kiev acusa a la oposición de avivar la crisis al rechazar la ley de amnistía

Viktor Yanukovich culpó ayer a la oposición de echar más leña al fuego al rechazar la ley de amnistía para los arrestados durante las protestas, que fue aprobada el jueves por la Rada Suprema y no será aplicada si en quince días no se desalojan los edificios administrativos ocupados por los manifestantes. La oposición ha asegurado que eso no ocurrirá y acusó al presidente de violar la Constitución al chantajear a los miembros de su partido para que votaran ese texto.

El presidente de Ucrania, Viktor Yanukovich, acusó ayer a la oposición de seguir «envenenando» la situación al negarse a liberar el centro de Kiev en un plazo de quince días, pero reconoció que las autoridades han cometido «errores» en el país, inmerso en una grave crisis política.

«No hay ningún futuro para el país y sus ciudadanos ni los intereses políticos de ciertos grupos se anteponen a la existencia de la propia Ucrania», dijo Yanukovich, que desde hace dos meses hace frente a un movimiento de protesta sin precedentes y que está sometido a la presión cruzada de Rusia y la Unión Europea.

En un mensaje difundido en la web de la Presidencia, pidió a sus compatriotas que hagan «todo lo posible» por la paz y la vuelta a la normalidad y prometió hacer «todo lo posible» para responder a las «necesidades y aspiraciones» de los ciudadanos, siempre teniendo en cuenta «los errores que cualquier Gobierno puede cometer, ya que solo quien no hace nada no se equivoca», pero sin dar más detalles.

Yanukovich, de baja médica y con fiebre alta por una afección respiratoria aguda, lamentó que «la oposición sigue envenenando la situación y echando leña al fuego, llama a la gente a seguir en la calle a pesar del frío en aras de las ambiciones políticas de algunos líderes».

Compromisos

Recordó que los pasos que han dado en los últimos días las autoridades (ley de amnistía, dimisión del Ejecutivo del primer ministro Mykola Azarov, revocación de las leyes represivas que provocaron los disturbios la semana pasada) fueron negociados con los líderes de la oposición, y aseguró que el Gobierno ha cumplido sus compromisos, al tiempo que culpó a la oposición europeísta de incumplir el suyo de buscar una salida pacífica a la crisis.

El presidente ucraniano acudió el miércoles por la noche a la sesión de la Rada Suprema (Parlamento) poco antes de que el gubernamental Partido de las Regiones y el Partido Comunista aprobaran una ley de amnistía condicionada para los manifestantes detenidos durante las protestas de los últimos dos meses, y que la oposición ha rechazado porque condiciona su aplicación al desalojo, en quince días, de todos los edificios públicos ocupados por los activistas antigubernamentales. No así la plaza de la Independencia (Euromaidan), símbolo y epicentro de la protesta donde se instaló un campamento opositor protegido de altas barricadas, donde los mani- festantes pueden reunirse para «protestar pacíficamente», apuntó Andriy Portnov, subsecretario adjunto de la Administración Presidencial.

Chantaje y amenazas

Los partidos de la oposición, que exigían la aprobación de una amnistía sin condiciones y no participaron en la votación, han dejado claro que no cumplirán las condiciones de la ley. Acusaron a Yanukovich de violar la Constitución porque afirman que acudió al Parlamento antes de la votación para «meter en cintura» a medio centenar de diputados de su partido que querían votar el proyecto de amnistía sugerido por la oposición. Según dijeron, «chantajeó y amenazó» a sus diputados a votar por sus compañeros ausentes, en una práctica ya denunciada anteriormente por muchos parlamentarios.

El expresidente Leonid Kravchuk, que participó en la sesión parlamentaria, aseguró que la ley de amnistía tiene en cuenta las demandas de ambas partes y que «no hubo dictado alguno» en la negociación del proyecto de ley.

Las protestas opositoras estallaron hace más de dos meses y el 23 de enero, ante la gravedad de la situación, autoridades y líderes opositores acordaron una tregua e iniciaron un proceso de negociación, en el que la oposición ha conseguido prácticamente todos sus objetivos, salvo la convocatoria de elecciones presidenciales y parlamentarias anticipadas.

El jefe del Pentágono, en Polonia

El secretario de Defensa estadounidense, Chuck Hagel, llegó ayer a Varsovia con el objetivo de tratar con su homólogo polaco, Tomasz Siemoniak, el proyecto de escudo antimisiles de la OTAN y defender los equipos militares estadounidenses ante Polonia, que se dispone a modernizar su Ejército, totalmente profesional desde 2010, con mucho material que data de la época del Pacto de Varsovia.

«Una de las razones por las que voy a Polonia es para reafirmar el compromiso y el interés de EEUU en la seguridad de Europa y nuestros aliados», dijo Hagel antes de tomar tierra, destacando que Polonia es «un fuerte aliado desde su adhesión a la OTAN hace 15 años».

EEUU y la OTAN prevén instalar en Turquía un radar de detección de lanzamiento misiles y de seguimiento de su trayectoria y, en 2018, misiles interceptores SM-3 en Polonia y Rumanía.

Además, Polonia planea gastar 33.300 millones de euros en la modernización de su Ejército y tiene especial interés en el desarrollo de nuevos sistemas de defensa área. Y EEUU intentará venderle los suyos.

Hagel se reunirá además con el presidente, Bronislaw Komorovski; el primer ministro, Donald Tusk, y el ministro de Exteriores, Radoslaw Sikorski, con quienes hablará también de la participación polaca en la ocupación de Afganistán y la situación en Ucrania. GARA