Suso de Toro
el diario.es
ELDIARIO.ES. Suso de Toro, 2014/2/5

Antes teníamos miedo, ¿debemos tener miedo ahora todavía?

(...) En realidad, todo el franquismo fue un estado de excepción, especialmente en Euskadi, bajo formas jurídicas como el «Fuero de los españoles» y las sucesivas leyes de las Cortes franquistas. Los estados de excepción sólo revelaban la verdad tras la jurisprudencia, era la legalidad de un estado de militares de la derecha nacionalista. (...)

Sin embargo, el Ejército ha cambiado, ¿no? Ya no es un ejército de leva sino de profesionales y además han pasado décadas, y además estamos en la OTAN y en la UE y en la ONU... Es evidente que hoy hay generaciones jóvenes, y millones de catalanes muy concretamente, que demuestran que no lo temen. (...) No sé si están acertados, no me atrevo a darles la razón porque todavía conservo ese miedo antiguo. Y además tengo la impresión de que están jugando con mi miedo.

Hace unos días escuché en un cara a cara televisivo entre Felipe González y el president Mas acerca de la consulta de los catalanes acerca de su independencia un par de cosas que me acongojaron. Pero debo de estar paranoico porque, leyendo las referencias de la prensa el día siguiente, a nadie le llamaron la atención e incluso se refirieron a la conversación, guiada por el periodista Jordi Évole, como un diálogo ejemplar. Felipe González es un personaje ya histórico en la política española, aunque actualmente dedicado a sus intereses particulares. No sabemos en qué medida hay que hacer caso de sus advertencias, pero, si no estoy sordo, le oí arrojar sobre la mesa la sombra y la sangre de unos 300.000 muertos en Yugoslavia por una «decisión unilateral». Si no oí mal y dijo eso, creo que Mas debería haberle preguntado qué quería decir con eso.

Ya que hace años que González no tiene capacidad ejecutiva no podía tratarse de una amenaza, ¿entonces era una advertencia? Si era una advertencia debería explicar si tiene conocimiento de un plan para comenzar un conflicto armado. Pero González insistió advirtiendo de las consecuencias «trágicas» de despertar al nacionalismo español. No entro a deliberar si ya está más que despierto ese nacionalismo y es el causante principal de la situación actual o, si no es el tal nacionalismo el que habló por la boca de González, lo importante y grave es la amenaza de usar la violencia contra la ciudadanía catalana. No es algo intrascendente, la historia de España de los últimos cien años es la historia de un ejército contra la población civil de su propio país. (...)