Aritz INTXUSTA
CRISIS INSTITUCIONAL EN NAFARROA

Una multitud exige el fin del régimen de UPN y clama contra la corrupción

Miles de personas se echaron ayer a la calle para exigir el fin de la corrupción convencidos de que «Barcina va a ser barrida por el impulso ciudadano». Una gran manifestación como no se ha visto en mucho tiempo partió de los Golem y recorrió Iruñea hasta llenar la Plaza del Castillo al grito de «Fuera ladrones de las instituciones».

La gran marcha de ayer duró dos horas, desde las 17.30 hasta las 19.23, cuando se terminó de leer el discurso, aunque la Plaza del Castillo no se liberó del gentío hasta pasadas las 20.00. Por sus dimensiones, la manifestación contra la corrupción de ayer en Iruñea ayer solo puede compararse con la de un día de huelga general a mediodía. Cifrar el número de manifestantes es complejo; la Policía Municipal dijo 8.000 manifestantes y los organizadores, 35.000. El criterio seguido por los convocantes fue el de multiplicar un área de 1.500 metros cuadrados (diez de ancho de la calle por 1.500 metros de largura de la protesta) por una densidad de 2,25 personas por metro cuadrado.

GARA, que no disponía ayer de medios suficientes como para contar una manifestación de estas características, hace una estimación aproximativa. La cola de la manifestación comenzó a moverse cuando la cabecera estaba a la altura del número 32 de la Avenida del Ejército. Esto supone que la impresionante manifestación medía 1,8 kilómetros. Las filas oscilaban entre 12 y 15 personas y, normalmente, este periódico calcula una fila por cada metro. Esto apuntaría a una horquilla de entre 21.600 y 27.000 manifestantes (1.800 metros por 12 personas/fila totalizan 21.600 y, por 15 personas/fila, subiría hasta los 27.000).

La indignación suscitada por las gravísimas acusaciones de la exjefa de Hacienda, en las que acusó a la mano derecha de Barcina, Lourdes Goicoechea, de usar su cargo para beneficiar a clientes de su asesoría jurídica y rebajar sanciones a la Universidad del Opus Dei han generado un clima de inmenso hartazgo social. Además, la figura de la presidenta llega a esta crisis con una credibilidad absolutamente depauperada después del escándalo Navarra Building (sociedad a través de la cual compró oficinas de Caja Navarra en una operación censurada por el Banco de España y que solo se ofreció a «clientes vip»), las dietas de la CAN (que la llevaron a las puertas del Supremo, que decidió archivar el caso por un tecnicismo) y su papel en la propia desaparición de la entidad.

El lema que unió a tantos navarros fue triple: «Regeneración democrática. Ustelkeriarik ez (no a la corrupción). Dadle la palabra al pueblo-. Las consignas que se corearon durante la protesta fueron también variopintas. A los ya clásicos «Fuera ladrones de las instituciones» o «UPN, kanpora» se sumaron otros como «Hacienda somos todos, menos el Opus» o «Ari, ari, ari, Nieves lehendakari», en referencia a Idoia Nieves, la exjefa de la Hacienda que ha denunciado manejos turbios por parte de la vicepresidenta.

En declaraciones a los periodistas, el portavoz de Kontuz, Patxi Zamora, aludió a un «clamor popular que ya es imparable». Las posibilidades abiertas de que se presente una moción de censura a principios del mes próximo sirvieron de acicate para sacar a la gente a la calle. «Hoy es un día importante para que sepan lo que piensa una parte de la ciudadanía que es mayoritaria», añadió Zamora, quien abogó por que en próximas fechas se pueda «acudir a una regeneración democrática que es indispensable para poder sobrevivir».

Nafarroa ha avanzado políticamente a golpe de escándalo de corrupción. Jaime Ignacio del Burgo cayó por FASA, Gabriel Urralburu por cohecho y Javier Otano por cuentas en Suiza, Miguel Sanz está siendo procesado en la Audiencia Nacional por el «caso Caja Navarra» y, ahora, Yolanda Barcina está contra las cuerdas por el testimonio de la exjefa de la Hacienda navarra. «Cinco de seis presidentes de la historia de Navarra han sido barridos por la corrupción, y decimos cinco porque Barcina también va a ser barrida por el impulso ciudadano», afirmó Patxi Zamora. Prometió a los presentes el fin del «cortijo» de UPN que ha convertido a Nafarroa en «república bananera».

El portavoz de Kontuz aseguró que las cosas han de cambiar, porque los dirigentes «tienen que escuchar al pueblo, tienen que dar explicaciones y asumir sus responsabilidades».

Sanidad, también presente

Semejante respuesta ciudadana también responde a la desintegración de aquellos puntos en los que Nafarroa había destacado los últimos años por recortes salvajes o, directamente, mala gestión. «Los navarros teníamos la CAN, teníamos la mejor sanidad del Estado, el mejor modelo educativo, el mejor sistema de ayudas sociales... y cerramos los ojos. Cuando los hemos abierto, hemos visto que, gracias a ellos y ellas, nos hemos quedado sin todas esas señas de identidad», afirmaba el manifiesto con el que se cerró la protesta.

Al frente de la pancarta de ayer no hubo ningún representante de formaciones políticas, aunque sí que acudieron representantes de todos los partidos salvo UPN y PP. Eso sí, por parte del PSN solo asistió el sector crítico que se opone a Roberto Jiménez y que no ha faltado a ninguna de las manifestaciones contra la corrupción. En concreto, se pudo ver a Ainhoa Aznárez y a José Luis Úriz.

La convocatoria partió de colectivos y movimientos sociales encabezados por Kontuz, así como de la mayoría sindical vasca. Los organizadores consideran que su iniciativa puede acercar a Nafarroa a ese eventual adelanto electoral del 25 de mayo. La respuesta de la calle, con una manifestación gigantesca, parece clara, pero dependerá de la comisión de investigación que se reanuda mañana en el Parlamento. Y, en particular, de la postura que tome la dirección del PSN, que ayer no acudió y tampoco se la esperaba.