MIKEL INSAUSTI
Zinema kritikaria
CRíTICA: «Minerita»

Mujeres de altura en el infierno explosivo de Potosí

De haber sido una ficción se podría haber titulado «Las dinamiteras», pero «Minerita» no es un western, sino la película ganadora del Goya al Mejor Corto Documental. Cuenta la verdad sobre estas mujeres a las que llaman «serenas», y que ejercen como guardianas del material de excavación en las minas bolivianas de plata y cinc de Cerro Rico, en Potosí. Su vida es todavía más dura que la de los mineros, porque, a los riesgos propios del trabajo en las galerías suman su condición de mujeres. Además de tener que hacer frente a los robos, han de defenderse cartucho de explosivo en mano de las agresiones sexuales.

El rodaje a 4.700 metros de altura no tuvo que ser nada fácil, y de hecho se menciona la muerte en plena filmación de dos jóvenes mineros de 15 y 17 años. Dos de las tres protagonistas de «Minerita» son menores de edad y aún están en la etapa escolar, con lo que el ya de por sí denunciable tema del trabajo y la explotación infantiles se ve agravado por la presencia de estas dos niñas, de las que concretamente Ivonne dice sufrir maltrato familiar por parte de su padre, que es alcohólico.

Raúl de la Fuente maneja un material tan sensible con el aplomo del viajero que ha recorrido mundo con su cámara y conoce a fondo la realidad menos favorecida. De su anterior experiencia con Oreka TX en el largometraje «Nomadak TX» conserva la música como nexo cultural, y así la canción de Chavela Vargas «Luz de luna» ayuda a mitigar el dolor y el oscuro panorama en la bocamina, junto con una liberadora escena final de corte onírico sobre la imagen cegadora de un desierto blanco de sal.

Supone una salida a lo que de opresivo tiene el cortometraje, muy ajustado en su duración que se acerca a la media hora. Resulta ideal como complemento dentro de una sesión comercial de cine, en un buen ejemplo de recuperación de un estilo de programación que se ha perdido con el paso del tiempo. Cortos como «Minerita» merecen compartir el interés del público que acude a ver otra película más publicitada, porque en ningún caso van a salir defraudados.