Alberto Contador logró su segundo triunfo de la temporada al adjudicarse con gran autoridad la cuarta etapa de la Tirreno, con final en la cima de Selvarotonda, superando a otro gallo como Nairo Quintana, segundo, y Dani Moreno, tercero. El madrileño parece haber recuperado su mejor nivel, tras un mal 2013 en el que su única victoria fue una etapa en el Tour de San Luis, y se coloca segundo en la general, ahora a 16 segundos de Michal Kwiatkowski, quien mantuvo el maillot azul de líder pese a sufrir en los últimos kilómetros de la ascensión final.

La fuga de la jornada la formaron Mondory (Ag2r), Lutsenko (Astana), Brandle (IAM), Belkov (Katusha), Pichot (Europcar) y Fortin (Bardiani), y los tres primeros fueron los que más aguantaron en cabeza, aunque Mondory acabó sufriendo una dura caída en un descenso. Lutsenko y Brandle eran alcanzados a falta de 10 kms. por el grupo comandado por el Movistar.

Fue el propio Beñat Intxausti el primero en atacar entre los pesos pesados del pelotón, pero Roman Kreuziger, compañero de equipo de Contador, fue capaz de llegar a su altura y dejarlo atrás poco después. El checo aguantó en cabeza hasta la pancarta de dos para meta, momento en el que comenzó la lucha entre los jefes de filas. Nairo Quintana y Richie Porte lo intentaron en los últimos metros, pero fue Contador el que más fuerzas demostró para levantar los brazos en la llegada.

«Es realmente importante, todas las victorias son importantes, y más en una carrera como la Tirreno con un final en alto», declaraba contento el corredor de Pinto en la línea de meta, aunque destacaba lo difícil que será desbancar a Kwiatkowski de la primera plaza de la general: «Es una pena que no haya sido excesivamente duro. Pegaba muchísimo viento en contra y no se podían hacer grandes diferencias. Contento por la victoria parcial, pero pensando que la general está muy difícil».

De hecho, y a falta de la crono final de 9 kms. del martes, Contador y Quintana afrontan hoy su gran oportunidad para ponerse líder. Y es que la quinta etapa, de 192 kms. entre Amatrice y Guardiagrele, incluye una ascensión de casi 15 kms. al Passo Lanciano y la durísima subida final al Muro Guardiagrele, corto pero con rampas del 20%.