Alexander Kristoff (Katusha) logró la victoria ayer en la primera clásica del World Tour de la temporada al ser el más fuerte entre los corredores rápidos que llegaron juntos al final de la Milán San Remo. Detrás suyo entraba con un gesto de rabia Fabian Cancellara, que se tenía que conformar con su tercer segundo puesto en la prueba y su cuarto podio consecutivo sin subir al primer cajón y reclamaba más dureza para la próxima.

La clásica italiana se decidió como se esperaba en una llegada masiva, pero estuvo condicionada por la meteorología con una temperatura fría y una intensa lluvia que castigó a unos corredores ya de por sí cansados en una prueba de casi 300 kilómetros. No es lo mismo ganar un sprint de una etapa tras 150 con sol que una clásica de 300 tras superar el frío y la lluvia y en esas condiciones la fuerza de Kristoff se impuso a los sprinters a los que se esperaba como principales favoritos.

Así a Cavendish le faltaron energías para aguantar la cabeza cuando la cogió en los últimos 200 metros y solo pudo ser quinto detrás del noruego, Cancellara, Swift y Juanjo Lobato. El manés tampoco contó con mucha ayuda de Stybar, que disputó el sprint e hizo séptimo en lugar de trabajar para su líder. Más generoso con su compañero estuvo Paolini con Kristoff.

De esta manera el noruego obtenía la mejor victoria de su carrera y aumentaba la tradición de su país de dar pocos, pero grandes corredores. Como Hushovd y Boasson Haggen, Kristoff destaca por su fuerza y la empieza a mostrar en las clásicas. A sus 26 años, la temporada pasada dio un salto de calidad en su carrera al lograr seis victorias y ser tercero en la Vattenfall Cyclassics, cuarto en Tour de Flandes y París Bruselas, quinto en Scheldeprijs, octavo en San Remo y noveno en París Roubaix. Su triunfo de ayer le confirma como uno de los candidatos a las plazas de honor en las clásicas del Norte, donde Cancellara será el hombre a batir tras verle acabar segundo en la que menos le favorece.

Valiente Nibali

La Milán San Remo empezó a decidirse en la ascensión de la Cipressa, donde Vincenzo Nibali atacó para intentarlo desde lejos en solitario, pero sin opciones reales de victoria porque el llano que le separaba del Poggio le impedía coger distancia sobre un grupo amplio.

En la última ascensión fue cazado y lo intentaron Batagglin, Rast, Nordhaug y Colbrelli, pero todos los sprinters tenían algún apoyo y la victoria se decidió al sprint lanzado desde lejos por Paolini, que dejó a Kristoff en cabeza. Luego arrancó Cavendish, pero no tuvo fuerzas suficientes y el noruego remontó con autoridad en un sprint de 25 corredores. Los dos vascos que tomaron la salida, Camaño y Sanz, no pudieron acabar. Movistar pasa a encabezar la clasificación por equipos del World Tour con 218 puntos, seguido por Ag2r (216) y Lampre (191).