Mouctar BAH (AFP) CONAKRY

En Guinea Conakry, los enfermos por el virus del ébola esperan la muerte

La OMS elevó ayer a 127 los infectados por el virus del ébola en Guinea Conakry, donde han muerto 83 personas. En Liberia y Sierra Leona también se han detectado varios casos.

Completamente aislados en el hospital de campaña de Médicos Sin Fronteras (MSF) de la ciudad de Gueckedou, al sur de Guinea Conakry, una de las más afectadas por la epidemia del ébola, varios enfermos esperaban resignados la muerte. Desde enero, han fallecido 83 personas. El número de infectados se eleva a 127, según informó ayer la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En medio de varias carpas, MSF instaló dos locales con techo de chapas, uno para «casos sospechosos» y otros para «casos confirmados» del virus del ébola. En el primero estaba desde hacía seis días Rose, de 12 años, que el martes dio positivo al virus del ébola por lo que fue trasladada al segundo local, donde están ingresadas su madre Elisabeth y su tía Christine, cuyas posibilidades de sobrevivir son casi nulas.

«Probablemente Rose muera dentro de poco y luego me tocará a mí», dice llorando René, de 18 años, otro miembro de la familia internado desde hace dos días en el local de los casos sospechosos.

«Rose sale de vez en cuando, pide un café con leche y jugo de frutas», cuenta Pascal Piguet, miembro de la logística de MSF. Se planteó «el dilema de si había que trasladar a Rose al local de los casos confirmados donde va a ver morir a su madre y su tía o mantenerla en el local de los sospechosos y correr el riesgo de que contaminara a los que no son positivos», agrega. Al final se optó «por el mal menor» juntarla con su madre y su tía, dice con un tono grave. «Nuestro personal sabe que debe respetar cierta distancia de seguridad», explica Pascal Piguet, señalando a los familiares sentados en medio del hospital de campaña.

«Cuando una persona se levanta, nos acercamos y discretamente desinfectamos la silla para evitar que otras personas se contaminen», agrega.

Una treintena de personas, guineanos y extranjeros, trabajan en el centro de MSF de Gueckedou, la mayoría con uniformes azules o verdes, algunos con ropa de calle. Pero las personas que deben entrar en contacto directo con los casos sospechosos y confirmados, para hablar, curarlos, lavarlos o alimentarlos, utilizan combinaciones totalmente herméticas de la cabeza a los pies, con guantes, gafas, máscaras y botas especiales.

Desde el domingo, un laboratorio móvil permite a especialistas europeos efectuar análisis de las muestras de los enfermos para acelerar el diagnóstico, que antes se hacía en unidades especializadas en Europa. Hay otro laboratorio en Conakry, donde trabaja un equipo senegalés del Instituto Pasteur de Dakar.

La OMS ha pedido a los países vecinos, sobre todo a Liberia y Sierra Leona, que establezcan los controles para evitar la propagación del virus.