Euskal Herria

«Cuando en este libro se habla de Euskal Herria, se habla de dar un cambio de rumbo a la política vasca. En definitiva, de crear una nación, un ente llamado Euskal Herria, que tenga identidad propia, instituciones y representantes compartidos».

«Euskal Herria fácilmente conseguiría entidades comunes y colaboración de todos los territorios. Existen ya en Europa realidades semejantes desde hace años, a modo de ejemplo. No existe tampoco ninguna dificultad para asambleas de cargos electos de todos los territorios, empezando por el ámbito municipal y continuando con reuniones de entes superiores».

«A más Euskadi, menos Euskal Herria».

Derecho a decidir e independencia

«Se creará una ponencia, que trabajará con mucha calma, luego una comisión, sin prisa también, llegará algo al pleno del Parlamento, y el proceso terminará donde siempre, en nada. En todo caso, en la conversión de un partido en el partido central, frente a los inmovilistas y los radicales. Ya ha conseguido un pacto con la mano izquierda y quiere lograr otro con la mano derecha, que no quiere decir con las derechas».

«Quienes nos gobiernan no saben construir Euskal Herria, pero de poder sí que entienden. Son unos maestros, o los demás unos aficionados. Porque lo hacen sin disimulo, ni artimañas, a la vista de todos y con métodos archiconocidos».

«Si se llega a la independencia será una cuestión de facto y no de iure. Y nadie podría impedirlo, diga lo que diga la Constitución. El tiempo de los tanques ya pasó».

«Tener Estado propio no siempre es deseable; hay naciones que lo han conseguido y que han dejado de ser nación, han perdido lengua, cultura, personalidad, han eliminado una parte de lo que eran, y son una copia del Estado al que pertenecieron. El Estado es siempre para aplastar e incordiar. A los vascos nos sobran fuerza y capacidad para ser nación sin necesidad de Estado. Tener dos quizás sea un privilegio y una ventaja».

Nafarroa

«La Euskal Herria que aquí planteamos parte de un presupuesto totalmente diferente: hacer de Navarra el núcleo en torno al cual se constituye Euskal Herria, sin que eso implique que nadie renuncie a su personalidad. Suena a utopía, pero hay que retroceder muy poquito, para comprobar que en Guipúzcoa no hay monumento que no tenga cuatro escudos, incluido el de Navarra, o que en Pamplona el monumento a los fueros empieza refiriéndose a Navarra, como «gaurko euskaldunak». Por otra parte, Euskal Herria sin Navarra no es concebible».

«La Disposición Transitoria Cuarta se presentó en Euskadi como un logro, pero no hace falta ser un genio para comprobar que es un logro de los navarristas. Y no un logro cualquiera. Era la garantía para que Navarra no se integrara de ninguna forma en Euskadi. Juraría que no fue concebida esa disposición por la parte vasca, sino por una mente navarrista que sabía lo que hacía».

«Parece que se nos ha olvidado que Navarra ha sido un reino independiente sobre el que han girado los territorios de su entorno. Además de un reino que fue conquistado por la fuerza y el último en integrarse en Castilla. Es un cúmulo de absurdos».

«¿No existe en Navarra nadie que, sin copiar al nacionalismo vasco, se preocupe de la más potente y más interesante tarea de cultivar la identidad nacional navarra? ¿Qué es de los socialistas, por ejemplo? Cada vez los veo más próximos al navarrismo conservador y más molestos cuando desde Euskadi se habla de ellos. No veo dónde está el mérito de eso. Nunca me ha molestado que ellos hablen de nosotros. Me considero medio navarro».

La izquierda abertzale

«Visto lo difícil que es la renovación de los partidos tradicionales, la clave para que el nuevo nacionalismo pro-Euskal Herria tome fuerza la tiene la izquierda abertzale. ¿Por qué? Por dos razones elementales de las que todavía no son conscientes: tiene pendiente su definición ideológica y su consolidación futura».

«A Euskadi le interesa que se consolide una fuerza nacionalista de izquierdas y a los socialistas también nos interesa. ¡Con alguien habrá que pactar en el futuro! Con el PP está visto que sale demasiado caro. Y con el PNV está demasiado visto».