Raimundo Fitero
DE REOJO

Modos

Qué gran sorpresa! Díaz Cañete candidato del PP para las europeas, abriendo campaña en rueda de prensa de Consejo de Ministros. Son golfos hasta para eso. Se lleva al rebujo a González Pons. ¿Quién les escribirá los insultos a los periodistas del régimen? La crónica política se culmina con el nombramiento de Aintzane Ezenarro para formar parte del Gobierno de Urkullu. Con lo que se había esforzado ella, ya han tardado en reconocerle los servicios prestados y darle un buen puesto en el organigrama de la Secretaria General para la Paz y la Convivencia (sic).

No son modos. Pero como estamos en operación salida otra vez, un dato nos despierta de la modorra analítica: en el canal de la TDT Nova, dedicado a ofrecer de manera continuada telenovelas, es decir culebrones, se están logrando unas audiencias que en muchos tramos horarios superan a las de Cuatro y La Sexta. Insisto, es una manera de señalar las tendencias reales, las de verdad. Porque a veces nos ponemos estupendos, pontificamos sobre el futuro de las series, de la televisión, criticamos a los programadores y lo hacemos desde el burladero, desde una actitud más que respetable, necesaria, pero que choca en muchas ocasiones con la cruda realidad. Las audiencias generalistas, populares, las que dan cuota de pantalla y logran patrocinadores y anuncios se deciden constantemente por lo más sencillo, primario y de calidad baja. Entre otras cosas el fútbol.

Se nos comunica que la serie «Los casos de Laura», es una de las más exportadas, que ha logrado que en el mismo Hollywood se interesen, compren los derechos y estén haciendo su versión, obviamente con menos minutaje y más acción. Pues bien, no está asegurada su continuidad en TVE. Los motivos son siempre oscuros, raros, casi nunca profesionales, porque si hablan de dinero, acaba el ente público español de reventar el mercado del fútbol televisado pagando una burrada de dinero por retransmitir los partidos de la Roja, es simplemente una mentira. Pero uno de los actores dice ufano. «la gente está reclamando por Twitter su continuidad». ¿Así se hacen ahora las programaciones, presionando en las redes? No me lo creo. Hay modos y modos.