¿Se ganan el sueldo los eurodiputados?
Una web recopila la cantidad de actividades de cada uno de los 766 diputados del Parlamento Europeo, filtrando la información por países y por grupos parlamentarios. De esta manera se puede saber cuáles son los eurodiputados más trabajadores y cuáles los más inactivos. Entre estos últimos destacan viejos conocidos del PP vasco como Jaime Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz.

El sueldo base de un eurodiputado se sitúa en torno a los 8.000 euros brutos mensuales, cifra que acostumbra a engordarse con las diversas dietas que reciben por asistir a actividades oficiales o por los viajes, entre otros. Se trata de un sueldo con el que la inmensa mayoría de trabajadores de Euskal Herria ni se atreve a soñar, por lo que más allá de consideraciones sobre su proporción o desproporción, resulta obligado preguntarse si los eurodiputados se lo ganan o no..
No resulta sencillo cuantificar el trabajo de un parlamentario europeo, ya que buena parte de su labor se concentra en contactos y actividades difíciles de medir, pero la clasificación elaborada por portales como MEP Ranking, basados en las actividades llevadas a cabo por los eurodiputados -mociones, preguntas, opiniones, declaraciones, etcétera- ofrecen una vara de medir cuantitativamente el trabajo de cada electo. Como no podía ser de otra manera, entre los 766 diputados que componen el Parlamento encontramos de todo, aunque si acercamos el foco a los relacionados con Euskal Herria nos encontramos con alguna sorpresa.
Mayor Oreja, Iturgaiz y López-Isturiz
La primera es quizás la de Jaime Mayor Oreja, cuya renuncia a volver a encabezar la lista del PP se interpretó a principios de año como una bofetada de la línea dura del partido a la dirección actual. Pero más allá de equilibrios internos, lo cierto es que el Parlamento europeo difícilmente echará de menos al exministro de Interior, ya que fue el eurodiputado español que menos iniciativas presentó durante toda la legislatura. Concretamente realizó 24 actividades, lo que lo sitúa como el vigésimo eurodiputado más inactivo de todo el Parlamento.
Entre los diputados menos activos aparecen también otras figuras del PP relacionadas con Euskal Herria, empezando por Carlos Iturgaiz, que en cinco años apenas ha realizado 46 actividades, situándose entre los 50 diputados más inactivos de todo el Parlamento. Iturgaiz alega que él trabaja en la Comisión de Peticiones, que es la que menos iniciativas genera porque tiene un perfil «más político». Y contrataca ante el PNV diciendo que sus propuestas son todas «folklórico-pastoriles».
A Carlos Iturgaiz le cerca le sigue Antonio López-Istúriz White, dirigente del PP nacido en Iruñea -aunque ha desarrollado su carrera política entre Mallorca y Bruselas-, que ha efectuado 84 actividades. De todos modos, quizás cabe excusarlo, teniendo en cuenta que es el secretario general del Partido Popular Europeo (PPE).
Otro eurodiputado navarro, Pablo Zalba Bidegain, también del PP, consigue mejores números, pero sigue situándose dentro del 50% más inactivo de la cámara europea, con 216 actividades. Lo más sonado que ha hecho en la legislatura fue paradójicamente lo desvelado por ``The Sunday Times'' en marzo de 2011. Mediante una grabación con cámara oculta, se detectó que aprobaba modificar una directiva comunitaria a petición de un falso lobby que le prometía 100.000 euros por ello. Zalba salió del apuro diciendo que había sido una «trampa» y que no cobró el dinero. El caso es que continúa en las listas en puesto de salida.
En cuanto al PSOE, las dos representantes de la CAV obtienen mejores números que los del PP, aunque no destacan, ni mucho menos, como eurodiputadas especialmente activas. Iratxe García Pérez, nacida en Barakaldo aunque ha hecho su carrera política fuera, consigue situarse ligeramente por encima de la media, con 280 actividades desarrolladas. Por debajo queda Eider Gardiazabal Rubial, con 187 iniciativas durante cinco años. Cabe recordar que Gardiazabal fue una de las eurodiputadas «cazadas» por la polémica y ya extinta publicación ``News of the World'' entrando a las sesiones de los viernes y saliendo a los pocos minutos, para así llevarse la dieta correspondiente de algo más de 300 euros. También sigue.
En comparación, las cifras de los eurodiputados vascos de partidos estatales contrasta con la de los dos electos por partidos abertzales: Iñaki Irazabalbeitia, que ha sido europarlamentario en esta última parte de la legislatura por Aralar, e Izaskun Bilbao, por el PNV. El primero ha desarrollado un total de 291 iniciativas. Es una cifra que lo sitúa dentro del 50% más activo de todo el Parlamento, algo a tener en cuenta si recordamos que, dentro del sistema de rotación acordado junto a ERC y BNG -acudieron juntos a las elecciones de 2009-, Irazabalbeitia asumió el escaño el 11 de julio del año pasado. Es decir, en menos de un año ha desarrollado más actividades que muchos eurodiputados en toda la legislatura de cinco años. O dicho de otra manera, en menos de un año ha multiplicado por cuatro las iniciativas efectuadas por Mayor Oreja e Iturgaiz juntos.
Entre las aprobadas se sitúa también Bilbao, que con un total de 1133 actividades es la cuarta eurodiputada más activa del Estado español -por detrás de los catalanes Raül Romeva (ICV-EUiA) y Ramón Tremosa (CiU) y de Willy Meyer (IU)-. De hecho, la electa jeltzale se sitúa dentro de los 50 eurodiputados más activos de todo el Parlamento, en el puesto 43.
Trabajar para ganarse el respeto
Preguntado por este ranking, Irazabalbeitia reconoce de buenas a primeras que sí, que «hay unos cuantos bastante vagos», pero insiste en que «en general la gente trabaja y mucho». Para explicarlo asegura que «no hay otra manera de ganarse el respeto de los compañeros». «Yo lo vi en seguida cuando llegue al grupo, los dos primeros meses fueron de tanteo y cuando vieron que venía a trabajar es cuando me aceptaron como a uno más», señala el diputado abertzale, que añade que «se tiene muy calado a quienes trabajan y a quienes no, y se nota en que cuando alguien necesita algo, acude a quien sabe que trabaja».
Desde luego, la fama de vagos que algunos de los eurodiputados vierten sobre el Parlamento no ayuda a mejorar la imagen de una institución ya de por sí poco valorada. De ahí el esfuerzo de parlamentarios como Irazabalbeitia en destacar el trabajo que desarrollan «la mayoría de eurodiputados», un trabajo que insiste en calificar como «determinante» para el día a día de todos los ciudadanos de la Unión Europea. «Para lo bueno y para lo malo», concluye.

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