Las elecciones europeas se celebran en jornada única en Euskal Herria y el resto de los estados español y francés, pero en algunos otros lugares arrancarán antes, comenzando por este jueves en Gran Bretaña y los Países Bajos. No obstante, no podrán darse datos de escrutinio hasta el domingo noche para no condicionar al resto.

La ciudadanía de la UE elegirá un total de 751 eurodiputados en virtud del Tratado de Lisboa, frente a los 766 que componían la Eurocámara en la anterior legislatura desde julio de 2013, tras la incorporación de Croacia. Al Estado español, donde se vota en circunscripción única, le tocan 54 europarlamentarios, y al francés 74. Este último, pese a su tradición jacobina, constituye uno de los pocos en que la circunscripción no es estatal, sino que se divide en ocho grandes regiones. A la que incluye a Ipar Euskal Herria le corresponden diez de los escaños.

Alemania está a la cabeza en número de eurodiputados, con 96. Gran Bretaña e Italia elegirán 74, dado que el criterio de reparto se basa en el volumen de población. En el caso de Polonia, otro de los más poblados, son 51.

Las votaciones se irán escalonando de jueves a domingo, que viene a ser la jornada principal. Así, en la República Checa tendrán dos días para votar -viernes y sábado-, al igual que en Italia -sábado y domingo-.

Los sistemas son diferentes. Diecisiete estados de la UE tienen listas abiertas, por lo que cada elector puede optar por candidatos de varios partidos. Resulta peculiar que en el norte de Irlanda existan listas abiertas mientras en Gran Bretaña sean cerradas. Y en cuatro estados el voto está contemplado como una obligación, no como un derecho: el belga, Chipre, Grecia y Luxemburgo.

El Sinn Féin podría lograr en las elecciones europeas de este viernes tres de los once escaños que Irlanda tiene en el Parlamento de Estrasburgo, según una encuesta que publicó ayer el diario -The Irish Times-. Le otorga perspectivas de crecimiento en las tres circunscripciones que conforman el mapa irlandés. Este avance supondría un espaldarazo especial tras el episodio de la detención en abril de su líder, Gerry Adams, claro ataque a un proceso de paz que parecía asentado.

Según la citada encuesta, la candidata de Sinn Féin en la circunscripción de Dublín, Lynn Boyland, obtiene el 23% de los votos, mientras que el del gobernante Fine Gael (FG), el conservador Brian Hayes, obtiene un 22%. El tercer asiento en la capital se lo disputarían Fianna Fáil (FF), el Partido Verde y el Partido Laborista, socio del FG en el Gobierno de Dublín.

Frente al empuje de Sinn Féin, que no logró retener su escaño en Estrasburgo en las elecciones de 2009, destaca el desplome de los laboristas, que podrían perder los dos eurodiputados ganados hace seis años, cuando Irlanda tenía doce asientos, uno más que en la próxima legislatura.

En la circunscripción de Irlanda Sur, el candidato del FF, Brian Crowley, obtendría el 31% de los votos, seguido por Liadh Ní Riada, del Sinn Féin, con un 19%, mientras que los dos aspirantes del FG podrían hacerse con los otros dos asientos en liza.

En la circunscripción del Interior y Noroeste de Irlanda, la candidata del FG, Mairead McGuinness, parece tener asegurado el primer puesto, mientras que los otros tres escaños se los podrían repartir entre Sinn Féin y el FF.

Un total de 78.930 ciudadanos con pasaporte español residentes fuera del Estado han visto aceptada hasta la fecha su solicitud de voto en las elecciones europeas, según datos provisionales de la Oficina del Censo Electoral, lo que supondrá un descenso drástico en el voto de este colectivo respecto a las elecciones europeas de 2009, en las que votaron más de 170.000 emigrantes.

Esta es la primera vez que los residentes en el exterior tienen que solicitar la documentación de voto para participar en unas elecciones europeas, en virtud de la reforma electoral de 2011 que implantó esta modalidad llamada «voto rogado». De este modo, no hay datos estrictamente comparables correspondientes a las europeas de 2009, en las que los emigrantes recibieron directamente la documentación y solo tuvieron que enviar el voto.

La cifra de solicitudes apunta a una caída en picado del voto de los emigrantes. En 2009 el censo era de 1,23 millones de ciudadanos estatales y votaron casi 172.000, un 14%. El censo para las próximas europeas ha crecido hasta los 1,72 millones de españoles, de modo que en términos porcentuales el descenso será todavía mucho mayor.

Los datos están actualizados a 18 de mayo y aún pueden recibirse solicitudes válidas, aunque ya no variará en gran medida la cifra. La fecha tope para enviar estas solicitudes era el 26 de abril y la administración electoral acepta las que tengan un matasellos válido.

La aplicación del llamado «voto rogado» también se tradujo en una caída drástica del voto emigrante en las generales de noviembre de 2011. En aquel momento, de un censo de 1,48 millones de emigrantes, se aceptaron 138.037 solicitudes de voto y, de ellas, votaron solo 73.361, menos de un 5% del Censo de Residentes Ausentes, frente al 31,74% de marzo de 2008.

El Frente Nacional será el más votado en las elecciones del domingo en el Estado francés, con un 23% los sufragios, según un sondeo publicado ayer por ``L'Express'' a partir de algo más de mil entrevistas.

Pronostica que el principal partido de la oposición, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), obtendrá un 21% de los votos, mientras que el Partido Socialista del presidente, François Hollande, se quedará en el 17%.

Por detrás quedan la Unión de Demócratas Independientes-Movimiento Demócrata (UDI-MoDem), con un 9,5% Europa Ecología-Los Verdes (EELV), con un 9%; y el Frente de Izquierda, con el 8%.

Otra encuesta, este vez de ``Le Monde'', confirma la extensión del euroescepticismo en el Estado francés. El 85% opina que la UE no protege de manera suficiente sus intereses económicos y solo un 39% cree que la pertenencia a esta institución es buena para el país, según un sondeo que también se basa en un millar de entrevistas.

Revela, entre otras cosas, que el 22 % de los encuestados percibe la pertenencia a la Unión Europea como negativa para el Estado francés, al que cabe añadir un 39% que la contempla como algo que no aporta ni beneficios ni desventajas.