Enrique Vivanco
Fontquerni
GUTUNAK

Elecciones europeas

La campaña de las elecciones Europeas hacía meses que había empezado. En cualquier rincón de Europa los políticos conservadores no se han cansado de repetir que lo peor ya ha pasado. A escala local, que es una forma de analizar con más precisión los hechos, en Catalunya el discurso del crecimiento era auténticamente ridículo. El lobby del sector turístico utiliza toda la artillería. A través de sus disciplinados medios de comunicación -escritos, televisivos, públicos, privados, radiofónicos, y cibernéticos- nos bombardean con estadísticas que celebran de una manera apriorística el incremento del número de visitantes a la ciudad.

No saben que el aumento de turismo incrementa el dinero de un sector que hace frontera con el delito fiscal y, en cambio, empobrece el futuro de toda una población al provocar el monocultivo de una estructura económica ya de por sí atrofiada. Cuando llegue la inexorable caída del turismo, el resultado será más devastador que lo ocurrido con el sector inmobiliario.

Los publicistas del régimen aúllan desafinados cantos de sirena que señalan el gran beneficio que reportaría abrir los comercios las veinticuatro horas, los trescientos sesenta y cinco días del año. ¿A quién importan los derechos de los trabajadores? ¿A quién importa la falta de empleo y de salario en capas cada vez más transversales de la población? Solo el capitalismo tiene el récord de ofrecerte la posibilidad de poder morirte de hambre.