Iñaki IRIONDO GASTEIZ
EFECTOS DE LAS ELECCIONES EUROPEAS

López dejará la dirección del PSE pero no aclara si aspira a la del PSOE

Tras una concatenación de bofetadas electorales cuyo último golpe se produjo el domingo, el secretario general del PSE, Patxi López, anunció ayer que dejará el cargo en un congreso convocado para setiembre en el que se dará paso a una nueva dirección. Sin embargo, López no aclaró si aspira a algún cargo en el PSOE en el congreso de julio ni si se presentará a las primarias. «El guión no está escrito» y «estaré donde crean que ayudo al partido», repitió.

¿Puede un dirigente político dejar su cargo por los malos resultados obtenidos y, a renglón seguido, dejar la puerta abierta a ocupar un puesto de todavía mayor responsabilidad? ¿Puede un líder anunciar su marcha tras reconocer que él y su equipo han sido incapaces de ofrecer al electorado la «regeneración y la apertura del partido» que demandaba el electorado, y esperar que le pidan que ayude a «adaptarse al ritmo de las exigencias de los progresistas» y a «conectar con la nueva sociedad del siglo XXI» a una organización mucho más grande?

Sí se puede. Lo hizo ayer mismo Patxi López. Anunció la convocatoria de un congreso extraordinario del PSE en setiembre para elegir una nueva dirección. «Los nuevos tiempos exigen nuevas caras», afirmó después de admitir los malos resultados del domingo, en los que su partido perdió en la CAV la mitad de los votos de las europeas de hace cinco años. Pero cuando le preguntaron si aspira a tener algún papel en el congreso convocado por el PSOE para julio o en las primarias para elegir candidato a presidente del Gobierno, en ningún caso dijo que no. Aseguró que «el guión no está escrito» y que, aunque no tiene «ambiciones personales», estará donde le pidan «para ayudar al partido allí donde se crea que sea necesario».

Doce años al frente del PSE

Patxi López anunció que en la reunión de la dirección de la víspera propuso que el PSE organice para setiembre «un congreso que defina nuevas políticas y nuevas formas de hacer política. Nuevas estrategias y nuevas alternativas. Y también nuevas personas».

Hasta setiembre, López seguirá siendo secretario general del PSE, como seguirá hasta julio en el puesto de secretario de Relaciones Políticas del PSOE. Sobre su futuro, como ya se ha dicho, no aclaró más, aunque precisó que se mantendrá como parlamentario en Gasteiz.

Recordó que accedió a la dirección del PSE hace doce años, en 2002, y con él «buena parte de las personas que hoy componen mi núcleo más cercano». Su objetivo, según afirmó, era «liderar un cambio de ciclo en el socialismo vasco», el que acababa con la fase de Nicolás Redondo Terrereros. Ahora, «entendemos que toca ya un nuevo cambio y dejar paso a una nueva dirección».

La pérdida de votos del PSE no es nueva. De hecho, ha sido continua desde el techo alcanzado primero en las generales de 2008 y luego en las autonómicas de 2009. Desde entonces, cada convocatoria ha sido peor que la anterior equiparable.

Cabe recordar, además, que el paso de Patxi López por Lehendakaritza le supuso la pérdida de un tercio de votos.

En febrero de 2013 el PSE celebró su último congreso. Se habló de renovación pero en la dirección se mantuvieron las mismas caras. Ayer admitió que ese congreso se hizo «con una voluntad de regeneración y apertura que, es evidente, no ha tenido resultados positivos».

López considera necesaria una reflexión seria sobre por qué en una situación de crisis como la actual su partido sigue perdiendo apoyos «entre el electorado progresista». Entiende que los resultados del domingo son «una clara llamada de atención por parte de las bases de izquierdas de este país», ante lo que no vale con responder que «hemos entendido el mensaje, porque eso ya lo dijimos antes».

Ahora lo que corresponde es una renovación y que «la militancia socialista elija una nueva dirección». El objetivo: «ser capaces generar confianza con un proyecto de modernidad alternativo al nacionalismo, que parta del respeto a la pluralidad de la sociedad vasca».

En lo que pareció ser una alusión a Podemos, López dijo no creer «en las democracias de televisión. Creo en la colaboración activa de las personas, en los debates abiertos, y en las propuestas políticas organizadas y viables. Los gritos, son sólo gritos. El objetivo de la izquierda democrática -añadió- no es exacerbar a unos colectivos que se han quedado sin esperanza. Nuestro objetivo es plantear alternativas políticas reales que busquen el esfuerzo compartido, la solidaridad cívica para no abandonar a nadie, y lograr el progreso colectivo».

Colaborar en el futuro

Patxi López apuntó que el PSE debe construir, con «vocación de gobierno», un «proyecto propio y creíble», que ofrezca «certidumbres frente a todas las incertidumbres que para mucha gente encierra hoy el futuro». Y cerró su intervención afirmando que «ese es el reto que tenemos hoy los socialistas. Y pienso colaborar activamente para conseguirlo».

De inmediato, surgieron las preguntas sobre sus intenciones de cara al congreso extraordinario del PSOE en julio y a las primarias para la elección de candidato a presidente del Gobierno español. Patxi López no se cerró ninguna puerta. Aunque se lo preguntaron de diversas formas, siempre respondió que «el guión no está escrito» y que estará «allí donde crean que puedo ayudar».

Lo que sí hizo fue defender la estrategia diseñada por Alfredo Pérez Rubalcaba para hacer primero un congreso y después las primarias. De hecho, López abogó porque la elección del candidato a presidente del gobierno se haga tras los comicios locales de mayo de 2015. A su entender, sin un partido fuerte y una recuperación en las urnas más cercanas, de nada serviría tener el mejor candidato del mundo.

Hecha pública la decisión, comenzaron las alabanzas a Patxi López de compañeros de partido como Eduardo Madina, Iñaki Arriola, Odón Elorza, Txarli Prieto... En cuando a su sucesor, López señaló que el puesto no es hereditario, ni se designa a dedo como en otros partidos. De momento, en los medios la candidata mejor colocada es Idoia Mendia.

Criticas a la metodología impuesta por Rubalcaba

Carme Chacón, que disputó el liderazgo a Alfredo Pérez Rubalcaba hace dos años en el congreso de Sevilla y se supone que volverá a intentar liderar el partido, criticó ayer la metodología de convocar un congreso extraordinario en lugar de primarias. También varios diputados se expresaron en el mismo sentido en una reunión de grupo parlamentario en el Congreso.

En declaraciones a los medios antes de participar en unas jornadas del Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Carme Chacón afirmó que «la decisión del congreso es una decisión personal de Alfredo Pérez Rubalcaba, pero creo que no podemos ir a los métodos de siempre cuando el mensaje de la gente es tan rotundo hacia este partido pidiendo un cambio en la política y un cambio en el PSOE». A su entender, «la respuesta no puede ser volver a encerrarnos en nosotros mismos e ir a los métodos tradicionales».

Carme Chacón insistió en sus declaraciones en que hay que «escuchar» a la gente, que está pidiendo «apertura» y defendió que el nuevo líder debería salir «de esa apertura y de la fuerza de la gente, del poder del ciudadano». Según la exministra de Defensa, «para eso la respuesta eran unas primarias, unas primarias tan abiertas como fuera posible, tan ciudadanas como fuera posible, tan participativas como fuera posible, como las tuvo Francia, como las ha tenido Italia».

En la reunión del grupo parlamentario, varios diputados pidieron que, si no es posible adelantar las primaras al congreso, que al menos la elección del futuro secretario general del partido sea abierta a toda la militancia y no a través de delegados.

Aunque según algunas fuentes Eduardo Madina está entre quienes defienden la anticipación de las primarias, los teletipos señalan que durante la reunión del grupo parlamentario no tomó la palabra ni a favor ni en contra de lo decidido por Rubalcaba. GARA

Anuncio de escisión en el PSC

El PSOE perdió 15 puntos y Alfredo Pérez Rubalcaba anunció su dimisión. El PSE perdió 14 puntos y Patxi López dio la noticia. En Catalunya, el PSC perdió 21 puntos y Pere Navarro aseguró sentirse «fuerte» para continuar. Es la gota que colma el vaso para el sector crítico, que ayer hizo público un manifiesto en el que anuncia una marca electoral fuera del PSC.

En el manifiesto, firmado por pesos pesados como Marina Geli, Montserrat Tura o Joaquim Nadal, se lee que «la actual dirección es responsable de la ejecución de un proyecto sin vocación mayoritaria y percibido por muchos ciudadanos como alejado de la centralidad del catalanismo político y de la unidad en torno al derecho a decidir».

Los críticos ya han convocado una «asamblea de carácter constituyente» en julio, aunque vistos los antecedentes convendrá esperar al desarrollo de los acontecimientos para anunciar la ruptura definitiva. Navarro anunció que se reunirá con los críticos, mientras que dirigentes que tratan de hacer de puente, como Xavier Sabaté, reclamaron ayer un congreso extraordinario. Beñat ZALDUA