Beñat ZARRABEITIA
Bélgica | Unidos solo por el fútbol

Mayoría flamenca en la generación de oro de los diablos rojos

Flamencos y francófonos, divididos social y políticamente, comulgan estos días ilusionados por una selección a la que vuelven a prestar atención y animar.


La selección belga es uno de los combinados que ha pasado con mejor nota la primera fase, lo que ha alimentado las expectativas sociales puestas en el combinado. Un grupo de futbolistas que defiende los colores de los Rode duivels, mientras en Bélgica las comunidades flamenca y francófona se dan la espalda durante el día a día. Buena prueba de ello es la complicada arquitectura política e institucional del dicho Estado. Sin embargo, la irrupción de una espectacular hornada de jugadores ha desatado un enorme interés por la Copa del Mundo. La exaltación nacionalista en las ventanas, adornadas con banderas belgas en las que la franja amarilla forma un corazón, o productos vinculados a la selección inundan escaparates y estanterías.

Desde la comunidad flamenca, de donde proceden la gran mayoría de futbolistas de la selección, se mira con cierto recelo a dichas actitudes. Una de las más notorias fue el mensaje escrito en Twitter por el capitán Vincent Kompany, de origen congolés y francófono, tras la victoria cosechada en Belgrado durante la fase de clasificación. En el mismo, el defensa del City apelaba a la unidad del país como herramienta para conseguir «grandes metas juntos». Sus palabras crearon bastante revuelo y el propio seleccionador Marc Wilmots -durante dos años fue senador del partido Liberal-Conservador francófono- echó más leña el fuego al decir que Kompany «es un auténtico patriota».

Campañas de marketing como la de la marca ``Li Ning'', empresa china que viste al combinado belga, también apelan a la unidad, al igual que la elección del cantante Stromae para componer la canción de apoyo a la selección. Como señala el periodista Fred Verbeke, flamenco residente en Santurtzi, «el Mundial es uno de esos pocos momentos en los que flamencos y valones comparten su entusiasmo. Y tras tantos años de ausencia y con este equipo, el interés es mayor. Durante la preparación, 10.000 fans fueron a ver un entrenamiento de la selección... El resto del año apenas se ondea la tricolor».

Pese a que el seleccionador y el capitán son francófonos, la mayoría tiene origen flamenco: De los 23 convocados, son 14. Courtois, Mignolet, Bossut, Alderweired, Vermaelen, Vertonghen, Lombaerts, Vanden Borre, De Bruyne, Mertens, Defour, Dembèlè, Origi y Lukaku. No es de extrañar, de los más de 10 millones de habitantes, más de 6 son flamencos. En las últimas elecciones el partido nacionalista N-VA fue el más votado con más del 16% de los votos, logrando cuatro eurodiputados.

Otros seis jugadores del equipo son valones y tres son hijos de inmigrantes llegados a Bruselas. Y es que la capital y epicentro de las instituciones europeas, pese a estar situada en suelo flamenco, cuenta con una importante mayoría francófona, además de una gran comunidad de personas llegada de otros lugares. Algo que también se deja notar en la selección, ya que nueve futbolistas, pertenecientes a ambas comunidades, tienen raíces inmigrantes.

Casos curiosos

Kompany, Vanden Borre y Lukaku son descendientes de congoleses, antigua colonia belga. El padre del delantero fue internacional con la extinta selección zaireña. Por su parte, Chadli y Fellaini son de claro origen marroquí. El primero llegó a jugar un partido no oficial con los `leones del Atlas' en noviembre de 2010 en Belfast, pero meses después fue reclutado por Bélgica. Por su parte, Fellaini es hijo de un exportero del Raja de Casablanca, que tras su frustrado pase al Racing de Malinas, acabó como chófer del tranvía de Bruselas. La madre de Mirallas es catalana, el padre de Witsel de Martinica, el de Dembèlè de Mali y el de Origi de Kenia.

Caso aparte merece Adnan Januzaj, nacido en Bruselas de familia albanokosovar. Su padre huyó en 1992 antes de que le obligasen a ingresar en el ejército yugoslavo. Dos de sus tíos formaron en la guerrilla kosovar del UCK -su compañero Vidic, defensa serbio del Manchester United, se quiso alistar en el ejército serbio tras la independencia de Kosovo en 2008 según cuenta Ferguson en su biografía- y su familia materna fue deportada a Turquía. Por todo ello, hasta seis federaciones reclamaron sus servicios para jugar como internacional. Tras recibir las invitaciones de Serbia, Kosovo, Albania, Turquía, Inglaterra y Bélgica, en primavera se decidió por los Rode Duivels.

Entre los no convocados también hay casos curiosos, como el de Benteke, delantero del Aston Villa y baja debido a una grave lesión, cuya familia se tuvo que exiliar durante el régimen de Mobutu en el Congo o el defensa Nainggolan, cuyo padre procede de la minoría Batak de la región de Sumatra en Indonesia. La irrupción de Thibaut Courtois en la portería y en menor medida la de Simon Mignolet, han cerrado las puertas de la portería a Urko Pardo. Hijo de vasco y madre gallega, fue titular durante algunos partidos entre 2010 y 2012, y actualmente juega en el Apoel chipriota.

Tras encadenar su participación en seis copas del mundo de forma consecutiva, desde 1982 a 2002, la selección belga vivió una de las crisis más importantes de su historia al estar ausente durante 12 años de cualquier gran torneo. Algo que desvió los ojos del gran público hacia el tenis, aunque en la comunidad flamenca el ciclismo siempre ha sido el deporte principal.

Dos comunidades

Ahora, con la nueva generación de oro -comparada con la que logró el subcampeonato de Europa en 1980 y la cuarta plaza en el Mundial de México- la ilusión se palpa. Así lo resume a GARA Pello Álvarez, andoaindarra residente en Bruselas desde hace cinco años.«El hecho de que la selección belga se haya clasificado y esté demostrando un buen nivel está haciendo que la selección y sus jugadores adquieran bastante protagonismo y que varias de las principales marcas comerciales del país como la cerveza Jupiler y otros la estén promocionando. Sí se ve en la calle alguna bandera de Bélgica y cuando juega la selección la gente sí que se junta en los bares para ver los partidos, algo que ha aumentado notablemente con el Mundial».

No obstante, subraya que «la situación política belga es bastante compleja, y aunque lo de la selección puede servir para que algunos traten de difundir el mensaje del better together -`mejor unidos', lema también utilizado por la campaña del «No» a la independencia en Escocia o por el partido Ciutadans en Catalunya-, mi impresión es que flamencos y valones son dos comunidades que viven cada una en su mundo, aunque en un momento dado puedan las dos, y por diversos motivos, apoyar a la selección belga».