Joseba Ugarte
Periodista
Máxima tensión en Palestina

Otra noche de los cristales rotos en Gaza

Era la noche del 9 de noviembre de 1938. Dos días antes el secretario de la Embajada nazi en París moría en un atentado que fue imputado a un joven judío polaco de origen alemán. La venganza, en Alemania y Austria, fue terrible y se saldó con la muerte de cientos de judíos, la deportación de decenas de miles a campos de exterminio y la destrucción sistemática de sus tiendas y propiedades. El pogromo fue bautizado como «la noche de los cristales rotos».

Junio de 2014. La desaparición de tres jóvenes colonos judíos en Cisjordania y el reciente hallazgo de sus cadáveres en Hebrón encienden la ira del Estado de Israel, que clama venganza y amenaza con romper los pocos cristales que quedan enteros en Gaza.

La Franja se prepara, y sufre ya, el tercer pogromo desde que Israel optó por convertirla en un pequeño y superpoblado campo de exterminio. A la operación Plomo Fundido de 2008-2009 (1.400 palestinos muertos) siguió el ataque aéreo de noviembre de 2012 (177 palestinos y seis israelíes fallecidos). Asistimos ahora al operativo Guardián del Hermano, que comienza a sumar decenas de palestinos muertos y cientos de detenidos. A estas alturas la autoría de la captura-ejecución de los tres colonos importa poco. Hamas la niega y el hecho de que en todo momento se haya negado a criticar la acción responde a la lógica de un movimiento que nunca condena lo que considera actos de resistencia legítima, sean oportunos o no. La reivindicación por parte de un grupo desconocido y autobautizado «Partidarios del Estado Islámico» apuntaría a grupos de carácter y obediencia yihadista que manejan sus propios cálculos. No falta quien, siguiendo la lógica del beneficiario (qui prodest) señala al propio Mossad y a una supuesta alianza sionista-yihadista para echar al traste con el reciente acuerdo interpalestino entre Al-Fatah y Hamas.

Habida cuenta de que los tres jóvenes fueron tiroteados y enterrados cerca del lugar donde fueron capturados, no es descartable que estemos ante una acción no premeditada y que respondería a la misma lógica -en realidad a la ilógica- que supone la ocupación descarada de una tierra y que periódicamente se salda con acuchillamientos y ataques aislados a cargo de desesperados palestinos. Por cierto, algo similar está ocurriendo en el Tuquestán Oriental ocupado por China.

Sea quien sea el autor de este ataque, lo que verdaderamente sorprende es el consenso casi general en torno al supuesto derecho de Israel a la venganza. El único debate parece residir en la «proporcionalidad» de la respuesta.

¿Cuántos judíos valían la vida del secretario de la Embajada de París en 1938? ¿Cuantos civiles mataron las SS en represalia por ataques de la resistencia contra soldados alemanes ocupantes? ¿Cuántos palestinos morirán para honrar la muerte de los tres jóvenes colonos? Que conste que no es una cuestión cuantitativa. Es puro fascismo. Sionista y fascista.