Nafarroa elige irse de fiesta
Ikurriñas, banderas en favor de los presos y cadenas de Nafarroa se colaron ayer en la Plaza del Ayuntamiento, cobrando un enorme protagonismo durante el inicio de las fiestas de Iruñea, que arrancaron con un blindaje policial exagerado tras lo ocurrido el pasado año. La principal reivindicación de la jornada fue el derecho a decidir de Nafarroa.

Los policías de los tejados, al igual que la mayoría que esperaba el despegue del cohete, estaban atentos a cuaquier iniciativa que intentara romper con un aburrido, clasicón y soso reventón del arranque sanferminero. Al final, salieron tres enormes banderas de presos, así como otras dos ikurriñas gigantescas. Y esto dejó bien claro que por muchos agentes que desplieguen para su mordaza, la Plaza del Ayuntamiento sigue siendo un coladero. La nota distintiva de este año la pusieron dos enormes enseñas navarras -por supuesto, sin corona ninguna- que llevaban consigo un mensaje inequívoco: Nafarroa tiene derecho a decidir.
Los días previos a la llegada de los sanfermines, se desató el temor a que este año hubiera un chupinazo pasado por agua. Desde que comenzó la tradición de empezar las fiestas con un petardazo en el aire, solo en tres ocasiones había llovido. Pero al final, el tiempo respetó. Cayeron algunas gotas desde por la mañana, pero ningún chaparrón suficientemente fuerte como para cambiar la estadística. La tarde-noche fue harina de otro costal y el aguacero caló a las miles de personas que no encontraban hueco en ningún bar.
Lo cierto es que la gente volvió a respaldar masivamente el arranque de los sanfermines. No cabía un alma en la Plaza del Ayuntamiento, pero tampoco en la del Castillo, donde el cohete se retransmitía en directo, aunque con algo de censura. Pese a todo las banderas asomaban de forma inevitable.
Lo intentaron todo, pero no había tiro de cámara donde no apareciera una ikurriña, la navarra o la bandera de los presos. Alguna televisión fue ingeniosa con los créditos y colocando franjas publicitarias, pero no hubo forma. De hecho, una bandera en favor de presos y exiliados consiguió aguantar hasta la salida por la puerta grande del Ayuntamiento de la banda La Pamplonesa, creando unas imágenes ciertamente estéticas.
Resaca «arrantzale»
La espectacular acción que llevaron a cabo varias personas disfrazadas con barbas, gorros de paja y cañas de pescar generó una sicosis policial que acabó en un intento vano de erradicar cualquier tipo de acción reivindicativa del lanzamiento del cohete. Cuando faltaba aún hora y media para el mediodía, distintos dispositivos de antidisturbios españoles cortaron todas las entradas a la plaza. Se colocaron unos veinte por cada calle circundante, y eso que su labor tan solo era la de apoyar a los cordones de Policía Municipal que, desde el año 2010, registran a toda persona que entra en la plaza para que no acceda a ella con botellas de vidrio.
La prohibición del cristal en la Plaza del Ayuntamiento surgió a raíz de que, en 2010, un joven recibiera el impacto de una botella en la cabeza que le dejó secuelas de por vida. Desde entonces, apenas hay heridos pese a los agobios y la muchedumbre, lo cual resulta un gran éxito dado que antes de la prohibición se registraban más de un centenar de atenciones por heridas (debido a que muchos guiris acudían en chancletas al chupinazo y se hacían cortes en los pies con botellaa rotas, fundamentalmente de cava y champán). Frente a ello, ayer, cuando todo acabó y el gentío desalojó la plaza, el residuo que quedaba eran tapones verdes de botellas de sangría de plástico.
Por la mañana, la única intervención delicada que acometieron los servicios de emergencias fue un infarto, que se produjo antes del lanzamiento del cohete. La persona afectada tenía antecedentes. En cuanto a cifras globales, hubo 17 atenciones, «la cuarta parte que cualquier otro año», según los voluntarios.
«Ni Madrid, ni Barcina, ni Felipe, Nafarroa es la que decide», llevaba como lema la gran bandera de Nafarroa que se erguía sobre la multitud gracias a dos enormes cañas. También al comienzo de la calle Curia había una pancarta con el mismo lema. Si la Policía no la arranca, hoy mismo pasará por debajo toda la corporación y el colegio cardenalicio.
La gran diferencia de este año es que las banderas a pie de plaza no entraron de la forma habitual. Es decir, no hubo una kalejira desde la calle Mercaderes para pasar las enseñas por encima del control policial. Este año, simplemente, las banderas emergieron en la plaza. Semanas atrás, policías forales fueron portal por portal preguntando para abortar otro ikurriñazo. No ha servido de gran cosa.
«Sin incidentes» y «tranquilo»
La delegada del Gobierno español, Carmen Alba, tampoco dio imporatancia a lo ocurrido. En declaraciones a la prensa destacó que el inicio de la fiesta transcurrió «sin ningún tipo de incidentes», con «tranquilidad». En parecidos términos se manejaron el alcalde de la ciudad y la presidenta navarra. Enrique Maya felicitó el «sentido cívico a los pamploneses y visitantes» y Yolanda Barcina sostuvo que «San Fermín es especial, mágico, y vale la pena compartirlo y disfrutarlo».
Después del tejemaneje de UPN para que el cohete no lo tirara Bildu, se asomaron al balcón el alcalde Enrique Maya y el representante de la Cruz Roja en Nafarroa, Mikel Martínez. Este último, prendió la mecha dado que la institución que representa cumple 150 años.
Martínez invirtió el orden habitual, apelando primero a las mujeres en su alocución desde el balcón: «Pamplonesas, pamploneses, viva San Fermín». En euskara dijo: «Iruñeko semealabak, gora San Fermín».
Después de dar comienzo oficialmente a la fiesta, Martínez se confesó emocionado. «Yo tengo una vida un poco arriesgada en cuanto a actividades deportivas, pero esta es una de ellas sí, la compararía con el nacimiento de mis hijos, que fue un momento muy importante para mí», sostuvo.
Los sanfermines durarán hasta el próximo fin de semana. La principal novedad de este año es la consolidación del Jai Gune en el Parque de La Runa como un espacio festivo alternativo y al margen del Ayuntamiento. Además de ello, se han hecho grandes avances en cuanto a la concienciación sobre las agresiones sexistas durante las fiestas, un problema que ha sido asumido como la gran lacra de los sanfermines. Pese a ello, cabe remarcar que las agresiones sexuales del chupinazo no son, para nada, las más graves que se dan a lo largo de las fiestas de Iruñea y que, desde todos los colectivos se llama a la colaboración para hacerlas desaparecer.
«Gatxetoyelmo», el cachibache festivo que valía para todo, menos para la lluvia
En sanfermines se venden mil tonterías inútiles, pero muy pocas triunfan. El de ayer fue el «gatxetoyelmo», una cartulina con la ikurriña por un lado y la bandera navarra por el otro. Se podía poner cabeza arriba o cabeza abajo, convirtiéndose en gorro de obispo o yelmo medieval. O sea, un sinsentido sin ningún tipo de utilidad. Pero brillante. La gente se lo rifaba y quedaba impresionante. Cuentan las malas lenguas que, tras el estrambote, estaban los de EA.

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