R.S. DONOSTIA
CRISIS DE GOBIERNO EN PARÍS

Valls capea el temporal con solo tres cambios pero acosado por la crítica

El primer ministro francés, Manuel Valls, ha tapado con un parche más pequeño que el esperado la herida abierta por el rechazo de gran parte de su equipo y su partido a la política de austeridad. Se limita a sustituir a los tres ministros que más se habían destacado por sus críticas, entre ellos el de Economía. Falta ver si ello le sirve para acelerar los recortes.

La crisis de gobierno en París se ha saldado con menos relevos de los previstos, pero dejando abiertos todos los interrogantes. Y es que las críticas explicitadas por los ministros salientes han reforzado el rechazo a las políticas de recorte del gasto público que ya era evidente tanto en sus colaboradores cercanos como en el conjunto del partido y más aún entre la ciudadanía en general. No resulta muy habitual que un ministro de Economía abandone el cargo acusando al presidente de la República de «mentir todo el tiempo, desde el principio» y calificando las políticas del primer ministro como «absurdas», que es lo que ha hecho Arnaud Montebourg.

Entre la opción de cambiar totalmente de fichas o mantener todo lo salvable para intentar minimizar el alcance de la crisis, Valls ha optado por lo segundo, y ello apunta a que quizás piense imprimir un ritmo menor a los ajustes. Lo evidente es que el rumbo no se cuestiona y eso prolonga la crisis.

El lugar de Montebourg, clave para desarrollar los ajustes, lo toma Emmanuel Macron, hasta hace unos días secretario general adjunto de la Presidencia y por tanto colaborador muy cercano de Valls. Pero sobre todo de Hollande, de quien ya fue ministro antes. Al margen de esta etapa política, se sabe que antes trabajó para la Banca Rothschild. Su perfil es más liberal que socialista.

Benoît Hamon, que también había emitido dudas sobre la política económica desde la cartera de Educación, es sustituido por Najat Vallaud-Belkacem, la primera mujer que se hará cargo de este puesto en la historia del Estado francés. En cuanto a la responsable de Cultura, Aurelie Filippetti, deja su cartera a Fleur Pellerin, hasta ahora secretaria de Estado de Turismo.

Vuelve a ser un gobierno amplio, con dieciséis caras y que mantiene la paridad entre hombres y mujeres. La crisis se ha ¿cerrado? en 36 horas.

Montebourg sigue

Habrá que ver si Valls remonta vuelo en los sondeos de popularidad tras esta remodelación, pero de momento lo notorio es que le ha salido un fuerte líder crítico dentro del partido: Arnaud Montebourg. Tras las declaraciones de la víspera, que ya levantaron ampollas por tildar de «absurdas» las políticas económicas del tándem Hollande-Valls, Montebourg se muestra aún más hiriente en un libro del que han trascendido extractos.

«Hollande miente todo el tiempo. Por eso está al 20% en los sondeos. Miente. Miente todo el tiempo, desde el principio», comenta Montebourg al periodista Valentin Spitz, que el próximo 10 de septiembre publicará esa y otras anécdotas en el libro -Moi président-.

«Con François Hollande no se puede discutir, así que no se discute más. No vale para nada. Las discusiones con él son inútiles. Simpáticas, pero inútiles», dice Montebourg, que califica sus relaciones con el presidente de «minimalistas».

El dedo en la llaga ha puesto también el exministro de Educación, Benoît Hamon, que deja entrever que la línea fijada por El Eliseo y Matignon refuerza a la ultraderecha del Frente Nacional. «Me choca que pueda venir después de la izquierda», expone irónicamente.

«Fuimos elegidos hace dos años y medio para mejorar la situación de nuestros compatriotas -añade Hamon-, pero la política de rigor impuesta en parte por Bruselas no nos permite cumplir con esos objetivos».

Cazeneauve y Lebranchu mantienen las carteras que más afectan al proceso vasco

Los cambios en el área económica son notables, pero no tanto en la política. Y por ello, las dos carteras que más afectan al proceso vasco tanto en la parte de las consecuencias del conflicto como en la vertiente de la normalización política no experimentan novedades. Bernard Cazeneuve sigue como ministro de Interior y Marilyse Lebranchu continúa al frente de Descentralización. El primero ha seguido la línea fijada por el propio Valls en su etapa en el Ministerio, haciendo suyas todas las directrices marcadas por el Gobierno español. Uno de los episodios más ilustrativos, además del mantenimiento de la política de dispersión, fue la citación a declarar en comisaría a los verificadores del sellado e inventariado de armas, días después de que Madrid hiciera lo mismo vía Audiencia Nacional. En cuanto a Lebranchu, tras varios vaivenes su posición final ha decepcionado incluso a dirigentes vascos del PS como Colette Capdevielle, que demanda ahora una VI República porque la V «es demasiado jacobina».

R.S.