Alberto PRADILLA
PROCESOS SOBERANISTAS EN CATALUNYA Y ESCOCIA

Aristócratas y ultras en la réplica unionista a la V

Tarragona acoge hoy la Diada unionista de Societat Civil Catalana, en la que estarán ultras como Plataforma per Catalunya o el MSR. Ayer, el grupo calentó motores con una ofrenda ante la tumba de Rafael Casanova en Sant Boi e instó a los Mossos a retirar la estelada de los actos institucionales.

La estelada no representa a todos los catalanes», afirmaba ayer Joaquim Coll, vicepresidente de Societat Civil Catalana, tras participar en una ofrenda floral ante la tumba de Rafael Casanova, héroe de la resistencia durante el sitio de 1714. Tanto la foto de familia en el exterior de la Iglesia de Sant Baldiri, en Sant Bois de Llobregat, como la posterior rueda de prensa, en una carpa en el exterior de un hotel, recordaban más a la escenografía de una celebración familiar que a la de un acto político. El objetivo, sin embargo, era reivindicar la senyera y el seny en clave unionista y llamar al acto que organiza hoy en Tarragona.

Como apoyo, Coll se rodeó de descendientes de figuras de la guerra de la que se conmemoran 300 años. Por una parte, Lluis María Gonzaga de Casanova-Cárdenas y Barón, familiar de Casanova y duque de Santángelo Grande de España, entre otros títulos; y su mujer, Mónika de Habsburgo-Lorena, con tratamiento de «alteza real imperial» y parte del «linaje» del archiduque Carlos. Por la otra, Carles Veciana i Batlle, miembro de UPyD en Catalunya con Pere Antoni Veciana, primer comandante en jefe de los Mossos D´Esquadra del bando borbónico, en su árbol genealógico. Todos ellos estuvieron en el templo pero rechazaron (o Societat Civil Catalana lo hizo por ellos) hacer declaraciones.

«La gran novedad está en que unos catalanes nos mojamos y nadamos a contracorriente», afirmó Coll, reconociendo el carácter minoritario de su propuesta y cargando contra lo que llamó «tono excluyente del discurso» del programa oficial de la Diada y el «aprovechamiento malicioso» del president, Artur Mas. Volvió a descalificar la estelada, en su opinión «inaceptable democráticamente», e instó a los Mossos d´Esquadra a que la retiren de la estatua de Casanova. Todo ello apenas un minuto después de haber rechazado el tono «militarista» de la conmemoración y censurado lo que denominó un «relato mítico, que sirve para dividir entre buenos y malos catalanes».

En ningún momento mencionó la consulta, aunque rechazó el llamamiento de Oriol Junqueras (ERC) a la desobediencia, por considerarlo carácter «beligerante y belicista». Más difícil resultó el giro dialéctico sobre Escocia. «Esto se resuelve desde una mayor complejidad. La aceptación de la diversidad y la pluralidad, superando discursos identitarios por todos lados», respondió Coll. «No hay un problema entre Catalunya y España», zanjaba, tajante, Susana Beltrán, también integrante de la plataforma.

No es habitual que el unionismo salga a la calle en la Diada. Quizás por eso (casi) ningún representante de este sector quiere perderse el acto. Estarán PP, Ciutadans y UPyD (unir a Rosa Díez y Albert Rivera sería el mayor ejemplo de la «reconciliación» a la que hizo mención el propio Coll). También ultras como Plataforma per Catalunya o neonazis del MSR han llamado al acto, mientras que Alianza Nacional pretende manifestarse en el Raval por la tarde. A Tarragona se ha sumado, a título personal, Carme Chacón. La exministra de Defensa y miembro del PSC calentó ayer el ambiente asegurando, en referencia al soberanismo, que «piensas como ellos o eres extranjero en tu tierra». 30 autobuses y un tren a 10 euros la plaza tratarán de llenar un acto unionista que tendrá difícil competir con la multitudinaria V que tendrá lugar, paralelamente, en Barcelona.