Sensaciones encontradas
La mejora en el juego no disimula la enorme decepción por no haber logrado los tres obligados puntos.

Decía el bueno de Martí Perarnau -esperando estamos su presentación en la capital bilbaina del exitoso relato ``Herr Pep'', sobre el Guardiola alemán- que «los resultados provocan alegrías o tristezas, pero nunca dan la razón». Al Athletic el inesperado empate ante el Celta ni le dio la razón ni se la quitó, pero lo que sí le dejó fueron unas cuantas sensaciones muy contrapuestas. La primera y más importante, que si lo primordial eran los tres puntos más allá del juego, se quedó con un palmo de narices. O el «cara de tontos» que es el recurso sincero y habitual de un veterano como Aritz Aduriz cuando las cosas no van bien y encima se ríen en tus narices. Aun así, el técnico Ernesto Valverde fue el primero en tirar de optimismo y hacer hincapié en un mensaje de serenidad que viene cincelando en sus últimas apariciones. «Sabemos cuál es el camino, pero lo tenemos que plasmar en el campo», afirmó de modo realista de nuevo el delantero donostiarra.
De inicio, el mínimo cambio que dejó entrever el técnico tras los últimos malos resultados fue la inclusión de De Marcos en la media punta, aunque el de Viandar de la Vera ya explicó después que fue en función del rival que había enfrente. Veremos qué sucede ante el Porto, sobre todo cuál es el planteamiento frente a un equipo luso muy ofensivo: si optar por la moderación o apostar por ir de tú a tú al estadio Do Dragao.
De Marcos fue uno de los destacados ante los celtiñas, probablemente hasta que se le fue el gas ya con el marcador igualado. A ello ayudó no solo un más entonado Susaeta -incluso robó hasta 8 balones-, sino también un Iraola que entiende como nadie ese juego telepático por banda y desmarques que tanto agradece el equipo y hasta San Mamés. Cada diagonal al espacio de su banda en la primera mitad fue preludio de peligro para el rival, aunque Susaeta y De Marcos bien harían en centrar a la primera y no tras recorte, con Aduriz ya estático. El Athletic volvió a ser reconocible, tanto que de nuevo Iraola fue el rojiblanco que más pases dio, como en los viejos tiempos.
El nivel individual estuvo por encima del aprobado, cosa que no era difícil. Estuvo bien Iraola en defensa, mal en ciertos pases que pudieron costar caros en plena salida del equipo; sufrió Balenziaga siempre defendiendo solo en su banda antes dos rivales y aun así mantuvo el tipo; estuvo sobrio Gurpegi; Laporte duda entre España o Francia y el público entre si tiene sangre u horchata, porque un exceso de confianza suyo estuvo a punto de noquear al equipo siquiera antes de empezar; Rico se fajó como casi siempre; a Muniain se le vio con chispa, con ganas, desmarque, hasta que su hombro le empezó a pasar factura y fue cambiado ya diluido en su juego... E Iturraspe.
El de Matiena habló más en sala de prensa la previa que sobre el césped. Los balones en largo de Iraizoz -obligados- le relegan a un segundo plano en la conducción del balón, sobre todo si como el sábado el juego rojiblanco circula por las bandas. Su papel fue discreto y tuvo un par de pérdidas en la medular que, en la segunda ya, encendió a parte de la grada, que hasta le chifló. `Itu' agachó la cabeza, resopló y siguió su camino, sabedor de que no está de dulce. Y justo en el día en el que parecía que el resto de compañeros habían dado un paso adelante para huir de la mediocridad.
Cuando la inercia es negativa
Sensaciones encontradas. Un muy buen Athletic los primeros veinte, treinta minutos, que decidió replegarse hasta llegar al descanso con ventaja y se percató de que sin presión arriba son más vulnerables aún. El vestuario les vino como al boxeador medio noqueado el gong de final del asalto. Después salieron otra vez con bríos, arriba, pero el Celta fue mejorando y casi cada balón suelto, rebotado o sin dueño caía en las botas gallegas; ¿suerte o mejor posicionados? Una sola vez iban a chutar los rivales entre los tres palos y esa iba a ser gol. Hasta dos goles más hizo el Athletic al margen del penalti y ambos anulados, el segundo sin que el balón de De Marcos hubiera salida del todo por la línea de fondo.
Pero el empate inmerecido ejemplifica la inercia que acompaña a unos y otros. Cuando es negativa como ahora para el Athletic, el linier te anula un gol válido, en tanto si es positiva como la del Celta con chutar una vez entre la madera, entra. Si lo hubiera hecho también la vaselina de Nolito sobre Iraizoz casi al final, ya habría sido el acabóse para los leones.
En definitiva, que el Athletic pareció reencontrarse en lo colectivo y hasta casi en lo individual, del mismo modo que sembró lógicas lagunas y dudas generadas por la situación que arrastra, tics que no se borran solo con un poco de terapia ni de la noche a la mañana. Se escaparon tres puntos y una oportunidad de oro para iniciar esa remontada tan necesaria que deberá aguardar a su visita a Almería el próximo sábado. «No tenemos sensaciones positivas, pero el partido del martes es un buen partido para cambiarlas», palabra de Aduriz.
Nadie ha ganado tantos duelos áreos en esta Liga como Aduriz el sábado
Lo de Aritz Aduriz y su juego aéreo es digno de una tesis. El sábado lo ganó casi todo por arriba, amén de bajar al césped incontables balones que luego ceder a sus compañeros. Ante el Celta se llevó hasta 14 balones por alto, lo que supone un récord para un jugador en un solo partido en lo que llevamos de Liga. Fue también el que más remates realizó, cuatro, aunque en su debe también fue el rojiblanco que más balones perdió, nada menos que 18, aunque suele ser lo habitual en los delanteros, más presionados que nadie. La Liga pasada fue el tercero que más balones aéreos ganó tras Oriol Riera y Stuani. J.V.
Viguera por Toquero, novedad para Oporto
Toquero fue el tercer cambio elegido para intentar dar la vuelta al marcador ante el Celta el sábado y ayer ni siquiera entró en una convocatoria a Oporto en la que sí está Borja Viguera. Ernesto Valverde se lleva a 22 hombres, de los que tendrá que descartar a cuatro. Por lo demás, con muchos seguidores rojiblancos ya camino de la ciudad lusa, el Athletic puso ayer tarde a la venta en taquillas nada menos que 70 entradas que los socios agraciados no habían retirado dentro del plazo. Los leones se estrenarán mañana por la tarde en Do Dragao y antes Txingurri comparecerá en sala de prensa para la última hora del choque de Champions. J.V.

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