Este Eibar no es el que era, al menos en sus números defensivos. Los azulgranas se sitúan en el furgón de cola de una tabla en la que tradicionalmente se han movido en las primeras posiciones. Solo cuatro equipos han encajado más goles en estas doce primeras jornadas.

El salto de categoría, evidentemente, tiene mucho que decir. La calidad de los rivales es superior que en temporadas anteriores y eso provoca que, a mismo rendimiento, e incluso mejor, el número de goles en contra aumente. Pero no es el único motivo. El propio Gaizka Garitano reconocía que el principal debe en la actuación de los suyos frente al Real Madrid pasó por permitir que los merengues ganasen a base de «golitos». Y es que, como asumió el técnico, «últimamente nos está faltando contundencia», lo que ha provocado que equipos de mucha menor entidad que el de Ancelotti también hayan visto allanado su camino hacia la portería armera.

Los números, desde luego, resultan llamativos, teniendo en cuenta la trayectoria del Eibar a lo largo de los años y también en estas últimas temporadas con Garitano en el banquillo. En Primera, el Eibar, que ha encajado en las seis últimas jornadas, solo ha sido capaz de dejar su puerta a cero en tres ocasiones (Real, Elche, Athletic). Fueron 23 en 42 partidos de la pasada Liga y 21 en los 38 de la anterior; es decir, más de la mitad de los partidos que disputó. Eso provoca que los goles encajados se disparen hasta los 19, una media de 1'58 por partido, muy alejada del 0'66 (28 goles en 42 encuentros) de la temporada pasada y los 0'73 (28 goles en 38 partidos) de la anterior.

«Tenemos que trabajar y corregir ese aspecto», asume Garitano, consciente de que las victorias son más factibles con la puerta a cero -solo ante el Rayo ha ganado habiendo encajado goles-, con lo que permanencia pasa en gran medida por proteger a Xabi Iruretagoiena.