Areso se retracta y cambiará el nombre de la Plaza Circular por el de Iñaki Azkuna
En una decisión inédita desde 1979, un alcalde de Bilbo dedicará una calle a su antecesor. Ibon Areso tiene previsto anunciar el 15 de diciembre, cuando entregará las distinciones de «Bilbainos Ilustres 2014», su determinación de cambiar el nombre de la Plaza Circular por Iñaki Azkuna.

Razones de índole electoral parecen estar detrás de la decisión adoptada por el alcalde de Bilbo, Ibon Areso, de cambiar el nombre de la Plaza Circular y llamarla Iñaki Azkuna. El primer edil jeltzale, con una dilatada trayectoria en el Ayuntamiento, fue uno de los corporativos que participó el 17 de octubre de 1995 en el pleno en el que -con los votos a favor de HB, la oposición de PP, y la abstención de PNV y PSE- se aprobó instar al entonces regidor, Josu Ortuondo, a que firmara el decreto que recuperaba la denominación de Circular para la plaza que los franquistas llamaron España.
A lo largo de la historia ese céntrico espacio ha tenido varios nombres, aunque se mantuvo la denominación popular de Circular; igual que sucede con la Elíptica, que los fascistas nombraron Federico Moyúa poco después de la toma de Bilbo.
Denominar Azkuna a la Circular sería un hecho inédito en la historia reciente de la villa, ya que ningún alcalde fallecido ha recibido ese honor. Ni José Luis Robles, muy querido por su trabajo de recuperación del Botxo después de las devastadoras inundaciones de 1983, tiene una calle. Además, sería la primera vez en que el sucesor otorga esa distinción a su antecesor, de cuyo gobierno formó parte.
A raíz de la iniciativa de dos hermanos -Patricia e Iñigo Palacio-, que buscaba cambiar la denominación de Circular por Azkuna, el propio Areso se pronunció en contra. En su explicación a los promotores, les dijo que había decidido no cambiar de nombre ninguna de las calles existentes, aunque les prometió que el alcalde fallecido en marzo tendría un espacio que le recordase.
En una misiva a los hermanos Palacio, Ibon Areso argumentó que «era criterio del propio Iñaki Azkuna no modificar los nombres de las calles existentes, por el trastorno que significa para los residentes en las mismas a tener que cambiar DNI, carnet de conducir, direcciones postales...». El propio alcalde reconoció que ese criterio de su antecesor le parecía razonable y por eso lo mantenía a la hora de rechazar la propuesta.
Todo apunta a que la decisión última de Areso tiene que ver con la pretensión del PNV de seguir aprovechando la popularidad que logró Iñaki Azkuna Urreta a lo largo de los cerca de quince años que estuvo al frente de la Alcaldía bilbaina.

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